1. Por la Iglesia
A
Antífona de entrada Cf. Ef 1, 9. 10
Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Oración colecta
OH, Dios,
que has dispuesto con admirable providencia
que el reino de Cristo se extienda por toda la tierra
y que todos los hombres participen de la redención salvadora,
concédenos que tu Iglesia sea sacramento de salvación universal,
y se manifieste a todos los hombres
el que es esperanza y Salvador de los pueblos.
que has dispuesto con admirable providencia
que el reino de Cristo se extienda por toda la tierra
y que todos los hombres participen de la redención salvadora,
concédenos que tu Iglesia sea sacramento de salvación universal,
y se manifieste a todos los hombres
el que es esperanza y Salvador de los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
DIOS misericordioso,
mira complacido las ofrendas del pueblo que te está consagrado,
y, por la eficacia de este sacramento,
haz que la muchedumbre de los creyentes en ti
sea estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio VIII dominical del tiempo ordinario.
Antífona de la comunión Ap 22, 17. 20
El Espíritu y la esposa dicen: «Ven. Amén. Ven, Señor Jesús».
Oración después de la comunión
OH, Dios,
que alimentas y fortaleces abundantemente a la Iglesia
con tus sacramentos,
concede a cuantos hemos sido saciados en la mesa celestial
que, siguiendo las enseñanzas de tu amor,
seamos fermento de vida e instrumento de salvación
en la convivencia humana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que alimentas y fortaleces abundantemente a la Iglesia
con tus sacramentos,
concede a cuantos hemos sido saciados en la mesa celestial
que, siguiendo las enseñanzas de tu amor,
seamos fermento de vida e instrumento de salvación
en la convivencia humana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
B
Antífona de entrada Ap 7, 9
Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, rezas, pueblos y lenguas.
Oración colecta
OH, Dios,
que en la nueva alianza de Cristo
no dejas de congregar para ti, de entre todas las naciones,
un pueblo en crecimiento hacia la unidad en el Espíritu,
haz que tu Iglesia, fiel a la misión recibida,
progrese sin cesar con la familia humana,
y actúe siempre como fermento y alma de la sociedad
que ha de ser renovada en Cristo
y transformada en la familia de Dios.
que en la nueva alianza de Cristo
no dejas de congregar para ti, de entre todas las naciones,
un pueblo en crecimiento hacia la unidad en el Espíritu,
haz que tu Iglesia, fiel a la misión recibida,
progrese sin cesar con la familia humana,
y actúe siempre como fermento y alma de la sociedad
que ha de ser renovada en Cristo
y transformada en la familia de Dios.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
ACEPTA complacido, Señor,
las ofrendas que te presentamos,
y haz que tu Iglesia,
nacida del costado de Cristo dormido en la cruz,
encuentre siempre en la participación de este misterio
la santidad que le haga vivir
y ser digna de su autor, Jesucristo, Señor nuestro.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio VIII dominical del tiempo ordinario.
Antífona de la comunión Jn 19, 34
Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
O bien: Ap 7, 12
La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
O bien: Ap 7, 12
La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración después de la comunión
RENOVADOS con el sacramento de tu Hijo,
te suplicamos, Señor,
que hagas fecunda la acción de tu Iglesia,
ya que por ella revelas
la plenitud del misterio salvador a los pobres,
a los que llamas a ser la porción principal de tu reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
te suplicamos, Señor,
que hagas fecunda la acción de tu Iglesia,
ya que por ella revelas
la plenitud del misterio salvador a los pobres,
a los que llamas a ser la porción principal de tu reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
C
Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos, dice el Señor.
O bien: Rom 12, 5
Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada cual existe en relación con los otros miembros.
O bien: Rom 12, 5
Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada cual existe en relación con los otros miembros.
Oración colecta
DIOS todopoderoso,
haz que tu Iglesia permanezca siempre como la muchedumbre
reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
que manifieste al mundo
el misterio de tu unidad y santidad
y lo conduzca a la perfección de tu amor.
haz que tu Iglesia permanezca siempre como la muchedumbre
reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
que manifieste al mundo
el misterio de tu unidad y santidad
y lo conduzca a la perfección de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
AL celebrar el memorial del amor infinito de tu Hijo,
te rogamos humildemente, Señor,
que el fruto de su acción salvadora
sirva, por el ministerio de tu Iglesia,
para la salvación de todos los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la unidad de los cristianos.
Antífona de la comunión Cf. 1 Cor 10, 17
El pan es uno; nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos participamos del mismo pan y del mismo cáliz.
Oración después de la comunión
OH, Dios,
que en este sacramento admirable
fortaleces y consuelas a la Iglesia,
concede a tu pueblo permanecer unido a Cristo
por medio de estas realidades santas,
para construir en libertad tu reino eterno
en las tareas temporales que realiza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
OH, Dios,
que santificas sin cesar a tu Iglesia
con el mismo sacrificio
con que un día la purificaste,
haz que, unida a Cristo, su cabeza,
se ofrezca a ti juntamente con él,
y te obedezca con voluntad sincera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio VIII dominical del tiempo ordinario.
Oración sobre las ofrendas
AL celebrar el memorial del amor infinito de tu Hijo,
te suplicamos, Señor,
que los frutos de su acción salvadora
sirvan, por el ministerio de tu Iglesia,
para la salvación de todo el mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio VIII dominical del tiempo ordinario.
que en este sacramento admirable
fortaleces y consuelas a la Iglesia,
concede a tu pueblo permanecer unido a Cristo
por medio de estas realidades santas,
para construir en libertad tu reino eterno
en las tareas temporales que realiza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
D
Antífona de entrada Cf. Jn 17, 20-21
Padre, ruego por los que creen en mí, que sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Oración colecta
DIOS todopoderoso y eterno,
que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones,
guarda la obra de tu misericordia,
para que la santa Iglesia,
extendida por toda la tierra,
persevere con fe firme en la confesión de tu nombre.
que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones,
guarda la obra de tu misericordia,
para que la santa Iglesia,
extendida por toda la tierra,
persevere con fe firme en la confesión de tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
OH, Dios,
que santificas sin cesar a tu Iglesia
con el mismo sacrificio
con que un día la purificaste,
haz que, unida a Cristo, su cabeza,
se ofrezca a ti juntamente con él,
y te obedezca con voluntad sincera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio VIII dominical del tiempo ordinario.
Antífona de la comunión Cf. Jn 15, 5
El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada, dice el Señor.
Oración después de la comunión
SEÑOR, gobierna con bondad a tu Iglesia,
alimentada en esta mesa santa,
para que, dirigida por tu mano poderosa,
tenga cada vez mayor libertad
y persevere en la integridad de la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
alimentada en esta mesa santa,
para que, dirigida por tu mano poderosa,
tenga cada vez mayor libertad
y persevere en la integridad de la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
E
Por la Iglesia local
Antífona de entrada Cf. Ap 1, 5-6
Jesucristo, que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, y nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios, su Padre; a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Oración colecta
OH, Dios,
que en cada una de las Iglesias que peregrinan por el mundo
manifiestas la Iglesia, una, santa, católica y apostólica,
haz que tu familia se una de tal modo a su pastor
que, congregada en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía,
manifieste la universalidad de tu pueblo
y sea signo e instrumento
de la presencia de Cristo en el mundo.
Él, que vive y reina contigo.
que en cada una de las Iglesias que peregrinan por el mundo
manifiestas la Iglesia, una, santa, católica y apostólica,
haz que tu familia se una de tal modo a su pastor
que, congregada en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía,
manifieste la universalidad de tu pueblo
y sea signo e instrumento
de la presencia de Cristo en el mundo.
Él, que vive y reina contigo.
Oración sobre las ofrendas
AL celebrar el memorial del amor infinito de tu Hijo,
te suplicamos, Señor,
que los frutos de su acción salvadora
sirvan, por el ministerio de tu Iglesia,
para la salvación de todo el mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio VIII dominical del tiempo ordinario.
Antífona de la comunión Ap 3, 20
Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo, dice el Señor.
Oración después de la comunión
TE rogamos, Señor,
que florezcan con toda su fuerza
y perseveren hasta el fin en esta Iglesia tuya
la integridad de la fe,
la santidad de las costumbres,
la caridad fraterna y la devoción sincera,
y a la que no dejas de alimentar
con tu palabra y con el Cuerpo de tu Hijo,
no ceses tampoco de conducirla bajo tu protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que florezcan con toda su fuerza
y perseveren hasta el fin en esta Iglesia tuya
la integridad de la fe,
la santidad de las costumbres,
la caridad fraterna y la devoción sincera,
y a la que no dejas de alimentar
con tu palabra y con el Cuerpo de tu Hijo,
no ceses tampoco de conducirla bajo tu protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
© Conferencia Episcopal Española
No hay comentarios:
Publicar un comentario