Domingo después de la Santísima Trinidad
EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Solemnidad
Antífona de entrada Sal 80, 17
El Señor los alimentó con flor de harina y los sació con miel silvestre.
Se dice Gloria.
Oración colecta
OH, Dios,
que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú, que vives y reinas con el Padre.
Se dice Credo.
que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú, que vives y reinas con el Padre.
Se dice Credo.
Oración sobre las ofrendas
SEÑOR, concede propicio a tu Iglesia
los dones de la paz y de la unidad,
místicamente representados
en los dones que hemos ofrecido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de la Eucaristía.
los dones de la paz y de la unidad,
místicamente representados
en los dones que hemos ofrecido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de la Eucaristía.
Antífona de comunión Cf. Jn 6, 57
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él, dice el Señor.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él, dice el Señor.
Oración después de la comunión
CONCÉDENOS, Señor,
saciarnos del gozo eterno de tu divinidad,
anticipado en la recepción actual
de tu precioso Cuerpo y Sangre.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Conviene que la procesión tenga lugar después de la misa en la que se consagra la hostia que se ha de llevar en ella. Pero nada impide que la procesión se haga después de una adoración pública y prolongada que siga a la misa. Si la procesión se tiene inmediatamente después de la misa, concluida la comunión de los fieles se coloca sobre el altar la custodia en la cual se pone la hostia consagrada.
Dicha la oración después de la comunión y omitidos los ritos conclusivos, se organiza la procesión.
saciarnos del gozo eterno de tu divinidad,
anticipado en la recepción actual
de tu precioso Cuerpo y Sangre.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Conviene que la procesión tenga lugar después de la misa en la que se consagra la hostia que se ha de llevar en ella. Pero nada impide que la procesión se haga después de una adoración pública y prolongada que siga a la misa. Si la procesión se tiene inmediatamente después de la misa, concluida la comunión de los fieles se coloca sobre el altar la custodia en la cual se pone la hostia consagrada.
Dicha la oración después de la comunión y omitidos los ritos conclusivos, se organiza la procesión.
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