PREFACIO II DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
EL FRUTOS DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
69. Este prefacio se dice en la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo y en las misas votivas de la Santísima Eucaristía.
Texto musicalizado en Apéndice I.
V/. El Señor esté con vosotros. R/.
V/. Levantemos el corazón. R/.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/.
EN verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, en la última cena con sus apóstoles,
para perpetuar a través de los siglos
el memorial de la cruz salvadora,
se entregó a ti como Cordero inmaculado
y ofrenda perfecta de alabanza.
Con este sacramento alimentas y santificas a tus fieles,
para que una misma fe ilumine,
y un mismo amor congregue,
a todos los hombres que habitan un mismo mundo.
Así, pues, nos acercamos a la mesa de este sacramento admirable,
para que, impregnados de la suavidad de tu gracia,
nos transformemos según el modelo celestial.
Por eso, Señor,
tus criaturas del cielo y de la tierra
te adoran cantando un cántico nuevo,
y también nosotros, con todo el ejército de los ángeles,
te aclamamos por siempre diciendo:
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, en la última cena con sus apóstoles,
para perpetuar a través de los siglos
el memorial de la cruz salvadora,
se entregó a ti como Cordero inmaculado
y ofrenda perfecta de alabanza.
Con este sacramento alimentas y santificas a tus fieles,
para que una misma fe ilumine,
y un mismo amor congregue,
a todos los hombres que habitan un mismo mundo.
Así, pues, nos acercamos a la mesa de este sacramento admirable,
para que, impregnados de la suavidad de tu gracia,
nos transformemos según el modelo celestial.
Por eso, Señor,
tus criaturas del cielo y de la tierra
te adoran cantando un cántico nuevo,
y también nosotros, con todo el ejército de los ángeles,
te aclamamos por siempre diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
© Conferencia Episcopal Española
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