31. En tiempo de guerra o desorden
Antífona de entrada Cf. Jer 29, 11-12. 14
Dice el Señor: «Tengo designios de paz y no de aflicción, me invocaréis y yo os escucharé, os congregaré sacándoos de los países y comarcas por donde os dispersé».
O bien: Sal 17, 5. 6. 7
Me cercaban olas mortales, me envolvían las redes del abismo; en el peligro invoqué al Señor, desde su templo él escuchó mi voz.
O bien: Sal 17, 5. 6. 7
Me cercaban olas mortales, me envolvían las redes del abismo; en el peligro invoqué al Señor, desde su templo él escuchó mi voz.
Oración colecta
DIOS misericordioso y fuerte,
que rechazas las guerras
y humillas a los soberbios,
aparta rápidamente de nosotros la destrucción y las lágrimas,
para que todos podamos, en verdad,
llamarnos hijos tuyos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
OH, Dios,
autor y amante de la paz,
conocerte es vivir y servirte es reinar;
protege de todas las hostilidades
a los que te invocan,
para que, quienes confiamos en tu protección,
no temamos las armas de ningún enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
que rechazas las guerras
y humillas a los soberbios,
aparta rápidamente de nosotros la destrucción y las lágrimas,
para que todos podamos, en verdad,
llamarnos hijos tuyos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
OH, Dios,
autor y amante de la paz,
conocerte es vivir y servirte es reinar;
protege de todas las hostilidades
a los que te invocan,
para que, quienes confiamos en tu protección,
no temamos las armas de ningún enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
RECUERDA, Señor,
a tu Hijo, que es la paz misma
que con su Sangre hizo desaparecer nuestros odios,
y, al mirar compasivo nuestros males,
haz que este sacrificio
devuelva la paz y la calma
a los hombres que amas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 14, 27
La paz os dejo, mi paz os doy, dice el Señor; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Oración después de la comunión
ALIMENTADOS gratamente, Señor,
con el pan único que conforta el corazón del hombre,
concédenos superar felizmente la violencia de la guerra
y observar fielmente tu ley de justicia y de amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
a tu Hijo, que es la paz misma
que con su Sangre hizo desaparecer nuestros odios,
y, al mirar compasivo nuestros males,
haz que este sacrificio
devuelva la paz y la calma
a los hombres que amas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 14, 27
La paz os dejo, mi paz os doy, dice el Señor; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Oración después de la comunión
ALIMENTADOS gratamente, Señor,
con el pan único que conforta el corazón del hombre,
concédenos superar felizmente la violencia de la guerra
y observar fielmente tu ley de justicia y de amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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