Misal Romano (tercera edición) - Ordinario de la Misa: Liturgia de la Palabra

ORDINARIO DE LA MISA

LITURGIA DE LA PALABRA

Textos musicalizados en Apéndice I.

Primera lectura

10. Después, el lector se dirige al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.

Para indicar el final de la lectura, el lector dice:


Palabra de Dios.

Todos aclaman:


Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

11. El salmista, o el cantor, canta o recita el salmo, y el pueblo pronuncia la respuesta.

Segunda lectura

12. Después, si hay segunda lectura, el lector la lee desde el ambón, como la primera.

Para indicar el final de la lectura, el lector dice:

Palabra de Dios.

Todos responden:

Te alabamos, Señor.

Aclamación que precede a la lectura del Evangelio

13. Sigue el Aleluya u otro canto determinado por las rúbricas, según lo requiera el tiempo litúrgico.

Evangelio

14. Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo pone en el incensario. Después el diácono que va a proclamar el Evangelio, profundamente inclinado ante el sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:

Padre, dame tu bendición.

El sacerdote, en voz baja, dice:

El Señor esté en tu corazón y en tus labios,
para que anuncies dignamente su Evangelio;
en el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo.

El diácono se signa con la señal de la cruz y responde:

Amén.

     [Pero si no está presente el diácono, el sacerdote, inclinado ante el altar, dice en secreto:

     Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso,
     para que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio.]

15. Después el diácono, o el sacerdote, se dirige al ambón, acompañado por los ministros que llevan el incienso y los cirios, si es oportuno, y dice:

El Señor esté con vosotros.

El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

El diácono, o el sacerdote:

Lectura del santo Evangelio según san N.

Y, mientras tanto, hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.

El pueblo aclama:

Gloria a ti, Señor.

Luego el diácono, o el sacerdote, si se usa incienso, inciensa el libro y proclama el Evangelio.

16. Acabado el Evangelio el diácono, o el sacerdote, aclama:

Palabra del Señor.

Todos responden:

Gloria ti, Señor Jesús.
___________________________
Si la aclamación es cantada, pueden usarse otras respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:

Tu palabra, Señor, es la verdad,
y tu ley nuestra libertad.

     O bien:

Tu palabra, Señor,
es lámpara que alumbra nuestros pasos.

     O bien:

Tu palabra, Señor,
permanece por los siglos.
___________________________

Después besa el libro, diciendo en secreto:

Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.

Homilía

17. Luego se pronuncia la homilía, que corresponde al sacerdote o al diácono, y que debe hacerse todos los domingos y fiestas de precepto; se recomienda los otros días.

Profesión de fe

18. Acabada la homilía, cuando está prescrito, se canta o se dice el Símbolo o Profesión de fe:

Creo en un solo Dios,
Padre yodopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
___________________________
En latín:

Credo in unum Deum,
Patrem omnipoténtem, factórem cæli et terræ,
visibílium ómnium et invisibílium.

Et in unum Dóminum Iesum Christum,
Fílium Dei Unigénitum,
et ex Patre natum ante ómnia sǽcula.
Deum de Deo, lumen de lúmine,
Deum verum de Deo vero,
génitum, non factum, consubstantiálem Patri:
per quem ómnia facta sunt.
Qui propter nos hómines
et propter nostram salútem
descéndit de cælis.
Et incarnátus est de Spíritu Sancto
ex María Vírgine, et homo factus est.
Crucifíxus étiam pro nobis sub Póntio Piláto;
passus et sepúltus est,
et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras,
et ascéndit in cælum, sedet ad déxteram Patris.
Et íterum ventúrus est cum glória,
iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.

Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem:
qui ex Patre Filióque procédit.
Qui cum Patre et Fílio
simul adorátur et conglorificátur:
qui locútus est per prophétas.
Et unam, sanctam, cathólicam et apostólicam Ecclésiam.
Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum.
Et exspécto resurrectiónem mortuórum,
et vitam ventúri sǽculi.
Amen.
___________________________


19. En lugar lugar del Símbolo Niceno-constantinopolitano, sobre todo en el tiempo de Cuaresma y en el tiempo de Pascua,se puede emplear el Símbolo bautismal de la Iglesia de Roma, también llamado «de los Apóstoles».

Creo en Dios, Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna. Amén.

20. Después se hace la oración universal u oración de los fieles.

Oración universal

Algunos formularios en el Apéndice V.

Invitatorio

El sacerdote invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.

Intenciones

Las intenciones son propuestas por un diácono o, si no lo hay, por un lector o por otra persona idónea.

El pueblo manifiesta su participación con una invocación u orando en silencio.

La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
a) Por las necesidades de la Iglesia;
b) Por los gobernantes y por la salvación del mundo entero;
c) Por aquellos que se encuentran en necesidades particulares;
d) Por la comunidad local

Conclusión

El sacerdote termina la plegaria común con una oración conclusiva.


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