Leccionario IV - San Lorenzo, diácono y mártir

AGOSTO

10 de agosto

SAN LORENZO, DIÁCONO Y MÁRTIR

FIESTA

PRIMERA LECTURA
2 Cor 9, 6-10
Dios ama al que da con alegría

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

HERMANOS:
El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra abundantemente, abundantemente cosechará. Cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama “al que da con alegría”.
Y Dios tiene poder para colmaros de toda clase de dones, de modo que, teniendo lo suficiente siempre y en todo, os sobre para toda clase de obras buenas.
Como está escrito:
«Repartió abundantemente a los pobres,
su justicia permanece eternamente».
El que proporciona “semilla al que siembra y pan para comer” proporcionará y multiplicará vuestra semilla y aumentará los frutos de vuestra justicia.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 111, 1-2. 5-6. 7-8. 9 (R/.: 5a)
R/.   Dichoso el que se apiada y presta.

        V/.   Dichoso quien teme al Señor
                y ama de corazón sus mandatos.
                Su linaje será poderoso en la tierra,
                la descendencia del justo será bendita.   R/.

        V/.   Dichoso el que se apiada y presta,
                y administra rectamente sus asuntos,
                porque jamás vacilará.
                El recuerdo del justo será perpetuo.   R/.

        V/.   No temerá las malas noticias,
                su corazón está firme en el Señor.
                Su corazón está seguro, sin temor,
                hasta que vea derrotados a sus enemigos.   R/.

        V/.   Reparte limosna a los pobres;
                su caridad dura por siempre,
                y alzará la frente con dignidad.   R/.


Aleluya
Jn 8, 12bc
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El que me sigue no camina en tinieblas —dice el Señor—,
        sino que tendrá la luz de la vida.   R/.

EVANGELIO
Jn 12, 24-26
A quien me sirva, el Padre lo honrará
Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto.
El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará».

Palabra del Señor.


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