PREFACIO III DE NAVIDAD
EL INTERCAMBIO EFECTUADO EN LA ENCARNACIÓN DEL VERBO
35. Este prefacio se dice en las misas de Navidad y de su octava; durante la octava, se dice incluso en aquellas misas que, si se celebraran en otro tiempo tendrían prefacio propio, pero no en aquellas que tienen prefacio propio referido a las Personas divinas o sus misterios. También se dice en las ferias del tiempo de Navidad.
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
Por él,
hoy resplandece ante el mundo
el maravilloso intercambio que nos salva,
pues al revestirse tu Hijo de nuestra frágil condición,
no sólo confiere dignidad eterna
a la naturaleza humana,
sino que por esta unión admirable,
nos hace a nosotros eternos.
Por eso,
unidos a los coros angélicos,
unidos a los coros angélicos,
te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Si se usa el Canon romano, se dice Reunidos en comunión propio. En la misa que se celebra en la vigilia o en la noche de Navidad se dice: para celebrar la noche santa en que...; después se dice siempre: para celebrar el día santa en que..., hasta la octava de Navidad inclusiva.
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