PREFACIO II DE NAVIDAD
LA RESTAURACIÓN DEL UNIVERSO EN LA ENCARNACIÓN
34. Este prefacio se dice en las misas de Navidad y de su octava; durante la octava, se dice incluso en aquellas misas que, si se celebraran en otro tiempo tendrían prefacio propio, pero no en aquellas que tienen prefacio propio referido a las Personas divinas o sus misterios. También se dice en las ferias del tiempo de Navidad.
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
Porque en el misterio santo que hoy celebramos,
Cristo, el Señor, sin dejar la gloria del Padre,
se hace presente entre nosotros de un modo nuevo;
el que era invisible en su naturaleza,
se hice visible al adoptar la nuestra;
el eterno, engendrado antes del tiempo,
comparte nuestra vida temporal
para asumir en sí todo lo creado,
para reconstruir los que estaba caído
y restaurar de esto modo el universo,
para llamar de nuevo al reino de los cielos
al hombre sumergido el pecado.
Por eso, unidos a los coros angélicos,
te aclamamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Si se usa el Canon romano, se dice Reunidos en comunión propio. En la misa que se celebra en la vigilia o en la noche de Navidad se dice: para celebrar la noche santa en que...; después se dice siempre: para celebrar el día santa en que..., hasta la octava de Navidad inclusiva.
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