Diurnal - Domingo VII de Pascua

Tiempo Pascual

DOMINGO VII DE PASCUA

El siguiente formulario se utiliza en los lugares donde la solemnidad de ka Ascensión del Señor se celebra el jueves de la semana VI del Tiempo Ordinario.

En vez de las antífonas para los cánticos de la Virgen María (Magníficat) y de Zacarías (Benedictus) que figuran en el siguiente formulario, pueden usarse las antífonas de libre elección que se hallan en el Apéndice IV.

Semana III del Salterio

I Vísperas

Las antífonas propias, en el Saltario; los salmos y el cántico, del domingo de la semana III.

LECTURA BREVE          1P 2,9-10

Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Antes erais «no pueblo», ahora sois «pueblo de Dios»; antes erais «no compadecidos», ahora sois «compadecidos».

RESPONSORIO BREVE

R/. El Espíritu Santo. *Aleluya, aleluya. El Espíritu.
V/. Será quien os lo enseñe todo. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Espíritu.

Magníficat, ant. No os dejaré huérfanos: me voy y vuelvo a vuestro lado, y se alegrará vuestro corazón. Aleluya.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, sobre quien bajó el Espíritu Santo de manera visible, y hagamos nuestras las súplicas de la Iglesia, diciendo:

Amén.

Envía, Señor, al que ha de venir
— para que renueve y rejuvenezca constantemente a tu Iglesia.

Que todos los pueblos canten en tu honor, rey y Dios nuestro,
— y que Israel se convierta en posesión tuya.

Tú que expulsaste los demonios y venciste el mal,
— aleja de nosotros todo escándalo y toda perversidad.

Tú que el día de Pentecostés, por el don de lenguas, destruiste la división de Babel,
— haz que, por obra de tu Espíritu Santo, se alcance la unidad de todos los pueblos en la confesión de una sola fe.

Que tu Espíritu habite en nosotros
— y vivifique nuestros cuerpos mortales.  

Padre nuestro.

Oración

Escucha, Señor, nuestras plegarias y, ya que confesamos que Cristo, el Salvador de los hombres, vive junto a ti en la gloria, haz que lo sintamos presente también entre nosotros hasta el fin de los tiempos, como él mismo nos lo prometió. Por nuestro Señor Jesucristo.

Laudes

Las antífonas propias, en el Saltario; los salmos y el cántico, del domingo de la semana III.

LECTURA BREVE          Hch 10, 40-43

Dios resucitó a Jesús al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.

RESPONSORIO BREVE 

R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. *Aleluya, aleluya. Cristo. 
V/. Tú que has resucitado de entre los muertos. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Cristo. 

Benedictus, ant.:
Padre, yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Aleluya. 

PRECES

Unámonos en la alabanza y la oración a todos los que han sido justificados por el Espíritu de Dios, y digamos:

Que tu Espíritu, Señor, venga en nuestra ayuda.

Señor Jesús, haz que nos dejemos llevar durante todo el día por el Espíritu Santo
— y que siempre nos comportemos como hijos de Dios.

Intercede, Señor, por medio del Espíritu Santo, ante el Padre,
— para que seamos dignos de alcanzar tus promesas.

Convierte en generosidad nuestro egoísmo,
— para que nuestro gozo esté más en dar que en recibir.

Danos, Señor, el sentido de Dios,
— para que, ayudados por tu Espíritu, crezcamos en el conocimiento de ti y del Padre. 

Padre nuestro. 

Oración

Escucha, Señor, nuestras plegarias y, ya que confesamos que Cristo, el Salvador de los hombres, vive junto a ti en la gloria, haz que lo sintamos presente también entre nosotros hasta el fin de los tiempos, como él mismo nos lo prometió. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Tercia 

LECTURA BREVE          Cf. 1Co 15, 3b-5

Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras; se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce.

V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. 
R/. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya. 

Sexta 

LECTURA BREVE          Ef 2, 4-6

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo —por pura gracia estáis salvados—, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él.

V/. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. 
R/. Al ver al Señor. Aleluya. 

Nona 

LECTURA BREVE          Rm 6, 4

Por el bautismo fuimos sepultados con Cristo en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.

V/. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya. 
R/. Porque atardece. Aleluya. 

II Vísperas 

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana III.

LECTURA BREVE          Hb 10, 12-14

Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.

RESPONSORIO BREVE 

R/. El Espíritu Santo. *Aleluya, aleluya. El Espíritu.
V/. Será quien os lo enseñe todo. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Espíritu. 

Magníficat, ant.: 
Cuando venga el Defensor que os enviaré, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí. Aleluya. 

PRECES 

Nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables; digamos, pues, confiadamente:

Que el Espíritu Santo interceda, Señor, por nosotros.

Señor Jesús, pastor eterno, concede el don de la sabiduría y del consejo a los pastores de la Iglesia,
— para que apacienten tu grey y la conduzcan a la salvación.

Tú que te elevas en tu trono y eres rico en misericordia,
— abájate para mirar a los desvalidos y pobres de la tierra.

Tú que fuiste concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de María Virgen,
— concede a la vírgenes de la Iglesia vivir en plenitud su consagración virginal.

Tú que, como sacerdote nuestro, adoras al Padre por medio del Espíritu Santo,
— haz que todos los hombres se unan a tu alabanza y glorifiquen a Dios.

Que los difuntos, libres de la esclavitud de la corrupción, puedan entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios
— y obtengan la plena redención de su cuerpo. 

Padre nuestro. 

Oración

Escucha, Señor, nuestras plegarias y, ya que confesamos que Cristo, el Salvador de los hombres, vive junto a ti en la gloria, haz que lo sintamos presente también entre nosotros hasta el fin de los tiempos, como él mismo nos lo prometió. Por nuestro Señor Jesucristo.

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