LUNES
Semana III del Salterio
Laudes
LECTURA BREVE Rm 10, 8b-10
La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón. Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos. Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
RESPONSORIO BREVE
R/. El Señor ha resucitado del sepulcro. *Aleluya, aleluya. El Señor.
V/. El que por nosotros colgó del madero. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Señor
V/. El que por nosotros colgó del madero. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Señor
Benedictus, ant. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido
al mundo. Aleluya.
PRECES
Bendigamos a Cristo, que nos prometió enviar desde el Padre, en su nombre,
el Espíritu Santo, y supliquémosle, diciendo:
Señor, danos tu Espíritu.
Te damos gracias, Señor Jesús, y por medio de ti bendecimos también al Padre en el Espíritu Santo
— y te pedimos que hoy todas nuestras palabras y obras sean según tu voluntad.
Concédenos vivir de tu Espíritu,
— para ser de verdad miembros vivos de tu cuerpo.
Haz que no juzguemos ni menospreciemos a ninguno de nuestros hermanos,
— pues todos tenemos que comparecer para ser juzgados ante tu tribunal.
Colma nuestra fe de alegría y de paz,
— para que, con la fuerza del Espíritu Santo, desbordemos de esperanza.
Señor, danos tu Espíritu.
Te damos gracias, Señor Jesús, y por medio de ti bendecimos también al Padre en el Espíritu Santo
— y te pedimos que hoy todas nuestras palabras y obras sean según tu voluntad.
Concédenos vivir de tu Espíritu,
— para ser de verdad miembros vivos de tu cuerpo.
Haz que no juzguemos ni menospreciemos a ninguno de nuestros hermanos,
— pues todos tenemos que comparecer para ser juzgados ante tu tribunal.
Colma nuestra fe de alegría y de paz,
— para que, con la fuerza del Espíritu Santo, desbordemos de esperanza.
Padre nuestro.
Oración
Derrama, Señor, sobre nosotros la fuerza del Espíritu Santo, para que
podamos cumplir fielmente tu voluntad y demos testimonio de ti con nuestras
obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
Hora intermedia
Tercia
LECTURA BREVE Cf. Ap 1, 17c-18
Vi al Hijo del hombre y me dijo: «Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo».
V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya.
Sexta
LECTURA BREVE Col 2, 9. 10a. 12
En Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y por él habéis obtenido vuestra plenitud. Por el bautismo fuisteis sepultados con él, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
V/. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya.
R/. Al ver al Señor. Aleluya.
Nona
LECTURA BREVE 2Tm 2, 8. 11
Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él.
V/. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya.
R/. Porque atardece. Aleluya.
La oración como en Laudes.
Vísperas
LECTURA BREVE Rm 8,14-17
Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.
Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un
espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu
y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si
somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo,
ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.
RESPONSORIO BREVE
R/. El Espíritu Santo. *Aleluya, aleluya. El Espíritu.
V/. Será quien os lo enseñe todo. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Espíritu.
Magníficat, ant. El Espíritu Defensor vive con vosotros y está con vosotros. Aleluya.
PRECES
Demos gracias a Cristo, que por medio del Espíritu Santo, levantó la esperanza de los apóstoles y llena de dones a la Iglesia, y, unidos a todos los fieles, supliquémosle, diciendo:
Levanta, Señor, la esperanza de tu Iglesia.
Señor Jesús, mediador entre Dios y los hombres, tú que has elegido a los sacerdotes como colaboradores tuyos,
— haz que por la acción de su ministerio todos los hombres lleguen al Padre.
Haz que los pobres y los ricos se ayuden mutuamente, reconociéndote a ti como único Señor,
— y que los ricos no pongan su gloria en sus bienes.
Revela tu Evangelio a todos los pueblos,
— para que todos alcancen el don de la fe.
Envía tu Espíritu consolador a los que viven desconsolados,
— para que enjugue las lágrimas de los que lloran.
Purifica a los difuntos de todas sus culpas,
— y recíbelos en tu reino junto con tus santos y elegidos.
Padre nuestro.
Oración
Derrama, Señor, sobre nosotros la fuerza del Espíritu Santo, para que podamos cumplir fielmente tu voluntad y demos testimonio de ti con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
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