Tiempo de Navidad
28 DE DICIEMBRE
En Laudes, Tercia, Sexta y Nona, todo de los Santos Inocentes.
Vísperas
HIMNO
Ver a Dios en la criatura,
ver a Dios hecho mortal,
ver en humano portal
la celestial hermosura.
¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.
¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién lo hiciera y fuera yo! Amén.
ver a Dios hecho mortal,
ver en humano portal
la celestial hermosura.
¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.
¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién lo hiciera y fuera yo! Amén.
Las antífonas, los salmos y el cántico como en las II Vísperas de la Natividad del Señor.
LECTURA BREVE Ef 2, 3b-5
Naturalmente, estábamos destinados a la reprobación como los demás.
Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando
nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo. Por pura
gracia estáis salvados.
RESPONSORIO BREVE
R/. La Palabra se hizo carne. * Aleluya, aleluya. La Palabra.
V/. Y acampó entre nosotros. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. La Palabra.
Magníficat, ant. La Virgen inmaculada y santa nos ha engendrado a Dios,
revistiéndole con débiles miembros y alimentándole con su leche materna;
adoremos todos a este Hijo de María que ha venido a salvarnos.
PRECES
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a
los que estaban bajo la ley. Fortalecidos por esta esperanza oremos
confiados, diciendo:
Que la gracia de tu Hijo nos acompañe, Señor.
Oh Dios de amor y de paz, acrecienta en todos los cristianos la fe en la encarnación de tu Hijo,
— para que vivan siempre en acción de gracias.
Levanta, Señor, la esperanza de los enfermos, de los pobres, de los ancianos,
— y da tu ayuda a los oprimidos, a los descorazonados, a los que sufren.
Acuérdate, Señor, de los que están detenidos en las cárceles
— y de los que viven lejos de su patria.
Tú que en el nacimiento de tu Hijo hiciste que se oyera a los ángeles que cantaban tu gloria,
— haz que los difuntos puedan asociarse eternamente al canto de los ángeles en tu reino.
Que la gracia de tu Hijo nos acompañe, Señor.
Oh Dios de amor y de paz, acrecienta en todos los cristianos la fe en la encarnación de tu Hijo,
— para que vivan siempre en acción de gracias.
Levanta, Señor, la esperanza de los enfermos, de los pobres, de los ancianos,
— y da tu ayuda a los oprimidos, a los descorazonados, a los que sufren.
Acuérdate, Señor, de los que están detenidos en las cárceles
— y de los que viven lejos de su patria.
Tú que en el nacimiento de tu Hijo hiciste que se oyera a los ángeles que cantaban tu gloria,
— haz que los difuntos puedan asociarse eternamente al canto de los ángeles en tu reino.
Padre nuestro.
Oración
Oh Dios, que de modo admirable has creado al hombre a tu imagen y
semejanza, y de un modo más admirable todavía restableciste su dignidad por
Jesucristo, concédenos compartir la vida divina de aquel que hoy se ha
dignado compartir con el hombre la condición la condición humana. Por
nuestro Señor Jesucristo.
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