Tiempo de Navidad
27 DE DICIEMBRE
En Laudes, Tercia, Sexta y Nona, todo de san Juan, apóstol y evangelista
Vísperas
HIMNO
Blanco lirio, florecido
la noche de Navidad,
en la cumbre del Calvario,
¡cómo te deshojarán!
El niño Jesús
lloraba, lloraba,
lo han circuncidado
y su sangre mana
Canciones del cielo
María le canta
y, mientras lo arrulla,
lo baña en sus lágrimas.
Niñito, no llores.
Madre, el llanto acalla,
que por esta sangre
llega la esperanza,
que por este llanto
comienza la gracia,
que por esta muerte
renacen las almas. Amén.
Las antífonas, los salmos y el cántico como en las II Vísperas de la Natividad del Señor.
LECTURA BREVE Rm 8, 3b-4
Dios envió a su Hijo encarnado en una carne pecadora como la nuestra,
haciéndolo víctima por el pecado, y en su carne condenó el pecado. Así, la
justicia que proponía la ley puede realizarse en nosotros, que ya no
procedemos dirigidos por la carne, sino por el Espíritu.
RESPONSORIO BREVE
R/. La Palabra se hizo carne. * Aleluya, aleluya. La Palabra.
V/. Y acampó entre nosotros. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. La Palabra.
Magníficat, ant. Por ti, Virgen María, han llegado a su cumplimiento los
oráculos de los profetas que anunciaron a Cristo: siendo virgen, concebiste al
hijo de Dios y, permaneciendo virgen, lo engendraste.
PRECES
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que por su gran amor hacia nosotros nos ha
enviado a su Hijo y digámosle:
Que la gracia de tu Hijo nos acompañe, Señor.
Dios de amor y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te has compadecido de los que viven en las tinieblas,
— escucha las súplicas que te dirigimos por la salvación de todos los hombres.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
— bendice al pueblo cristiano y concédele abundancia de paz.
Padre de todos los hombres, encamina a los pueblos al conocimiento de Jesucristo
— y da a los gobernantes de las naciones la luz de tu Espíritu.
Tú que, en el nacimiento de tu Hijo, hiciste proclamar la paz en la tierra,
— concede la paz eterna a nuestros hermanos difuntos.
Que la gracia de tu Hijo nos acompañe, Señor.
Dios de amor y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te has compadecido de los que viven en las tinieblas,
— escucha las súplicas que te dirigimos por la salvación de todos los hombres.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
— bendice al pueblo cristiano y concédele abundancia de paz.
Padre de todos los hombres, encamina a los pueblos al conocimiento de Jesucristo
— y da a los gobernantes de las naciones la luz de tu Espíritu.
Tú que, en el nacimiento de tu Hijo, hiciste proclamar la paz en la tierra,
— concede la paz eterna a nuestros hermanos difuntos.
Padre nuestro.
Oración
Concede, Señor todopoderoso, a los que vivimos inmersos en la luz de tu
Palabra hecha carne, que resplandezca en nuestras obras la fe que haces
brillar en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario