JUEVES
Laudes
LECTURA BREVE Is 45, 8
Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia.
RESPONSORIO BREVE
R/. Sobre ti, Jerusalén, * Amanecerá el Señor. Sobre ti.
V/. Su gloria aparecerá sobre ti. * Amanecerá el Señor. Gloria al Padre. Sobre ti.
Benedictus, ant. «Yo te auxilié —dice el Señor—, y soy tu redentor, el Santo
de Israel».
PRECES
Imploremos, hermanos, a Dios Padre, que ha enviado a su Hijo para salvar al
mundo, y digámosle suplicantes:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Padre lleno de amor, no permitas que nuestra vida y nuestras obras rechacen a Cristo, tu enviado,
— pues nuestra lengua lo proclama con fe plena.
Tú que enviaste a tu Hijo para salvación de los hombres,
— aleja de nuestra nación y del mundo entero toda desgracia y todo dolor.
Que la tierra entera, que se alegra por la venida de tu Hijo,
— experimente más aún el júbilo de poseerte plenamente.
Concédenos, por tu misericordia, llevar ya desde ahora una vida sobria y religiosa,
— mientras aguardamos la dichosa esperanza, la aparición gloriosa de Jesucristo.
Padre nuestro.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Padre lleno de amor, no permitas que nuestra vida y nuestras obras rechacen a Cristo, tu enviado,
— pues nuestra lengua lo proclama con fe plena.
Tú que enviaste a tu Hijo para salvación de los hombres,
— aleja de nuestra nación y del mundo entero toda desgracia y todo dolor.
Que la tierra entera, que se alegra por la venida de tu Hijo,
— experimente más aún el júbilo de poseerte plenamente.
Concédenos, por tu misericordia, llevar ya desde ahora una vida sobria y religiosa,
— mientras aguardamos la dichosa esperanza, la aparición gloriosa de Jesucristo.
Padre nuestro.
Oración
Despierta, Señor, nuestros corazones y muévelos a preparar los caminos
de tu Hijo, para que por el misterio de su venida podamos servirte con pureza
de espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo.
Hora intermedia
Tercia
Ant. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de la Virgen María.
LECTURA BREVE Mi 5, 3-4a
El jefe de Israel, en pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra; y éste será nuestra paz.
V/. Los gentiles temerán tu nombre, Señor.
R/. Los reyes del mundo, tu gloria.
Sexta
Ant. El ángel Gabriel dijo a María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres».
LECTURA BREVE Ag 2, 6.9
Todavía un poco más, y agitaré cielo y tierra, mar y continentes. La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero; y en éste sitio daré la paz —oráculo del Señor de los ejércitos—.
V/. Acuérdate de nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R/. Visítanos con tu salvación.
Ant. Dijo María: «¿Qué saludo es éste que me turba? ¿Voy a dar a luz al Rey sin romper los sellos de mi virginidad?»
LECTURA BREVE Ml 3, 20
A los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas; vosotros saldréis saltando como terneros del establo —dice el Señor de los ejércitos—.
V/. Ven, Señor, y no tardes.
R/. Perdona los pecados de tu pueblo.
La oración como en Laudes.
La oración como en Laudes.
Vísperas
LECTURA BREVE St 5,7-8.9b
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. Mirad que el juez está ya a la puerta.
RESPONSORIO BREVE
R/. Despierta tu poder y ven a salvarnos, * Señor Dios de los ejércitos. Despierta.
V/. Que brille tu rostro y nos salve. * Señor Dios de los ejércitos. Gloria al Padre. Despierta.
Magníficat, ant. El que viene detrás de mí existía antes que yo, y yo no soy
digno de desatarle la correa de la sandalia.
PRECES
Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor, que por nosotros se despojó de su
rango, y digámosle confiados:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que con tu encarnación has salvado al mundo,
— purifica nuestras almas y nuestros cuerpos de todo pecado.
No permitas que aquellos a quienes llamas hermanos por tu encarnación
— se alejen de ti por el pecado.
No permitas que aquellos a quienes has salvado con tu venida
— merezcan ser castigados en el día de tu juicio.
Cristo Jesús, que nunca alejas de nosotros tu bondad y tu amor,
— haz que alcancemos la corona inmarcesible de gloria.
Te encomendamos, Señor, a nuestros hermanos que han sido separados temporalmente de su cuerpo;
— haz que, muertos para el mundo, vivan eternamente para ti.
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que con tu encarnación has salvado al mundo,
— purifica nuestras almas y nuestros cuerpos de todo pecado.
No permitas que aquellos a quienes llamas hermanos por tu encarnación
— se alejen de ti por el pecado.
No permitas que aquellos a quienes has salvado con tu venida
— merezcan ser castigados en el día de tu juicio.
Cristo Jesús, que nunca alejas de nosotros tu bondad y tu amor,
— haz que alcancemos la corona inmarcesible de gloria.
Te encomendamos, Señor, a nuestros hermanos que han sido separados temporalmente de su cuerpo;
— haz que, muertos para el mundo, vivan eternamente para ti.
Padre nuestro.
Oración
Despierta, Señor, nuestros corazones y muévelos a preparar los caminos
de tu Hijo, para que por el misterio de su venida podamos servirte con pureza
de espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo.
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