VIERNES
Laudes
LECTURA BREVE Jr 30, 21. 22
Esto dice el Señor: «Saldrá de Jacob un príncipe, su señor saldrá de en medio de él; me lo acercaré y se llegará a mí; vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios».
RESPONSORIO BREVE
R/. Sobre ti, Jerusalén, * Amanecerá el Señor. Sobre ti.
V/. Su gloria aparecerá sobre ti. * Amanecerá el Señor. Gloria al Padre. Sobre ti.
Benedictus, ant. Decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes. Mirad que
viene el Señor, nuestro Dios».
PRECES
Oremos, hermanos, a Cristo, nuestro redentor, que ha venido para darnos la
justificación, y digámosle con júbilo:
Ven, Señor Jesús.
Señor, cuya venida en la carne anunciaron los profetas,
— haz germinar en nosotros la semilla de las virtudes.
Concede a los que anunciamos al mundo tu salvación
— que la encontremos también en ti.
Tú que viniste a librar a los oprimidos,
— cura las dolencias de los que sufren.
Tú que reconciliaste al mundo con Dios en tu primera venida,
— absuélvenos de toda condenación cuando vengas como juez.
Padre nuestro.
Ven, Señor Jesús.
Señor, cuya venida en la carne anunciaron los profetas,
— haz germinar en nosotros la semilla de las virtudes.
Concede a los que anunciamos al mundo tu salvación
— que la encontremos también en ti.
Tú que viniste a librar a los oprimidos,
— cura las dolencias de los que sufren.
Tú que reconciliaste al mundo con Dios en tu primera venida,
— absuélvenos de toda condenación cuando vengas como juez.
Padre nuestro.
Oración
Señor, que tu pueblo permanezca en vela aguardando la venida de tu
Hijo, para que, siguiendo las enseñanzas de nuestro Salvador, salgamos a su
encuentro, cuando él llegue, con las lámparas encendidas. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Hora intermedia
Tercia
Ant. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de la Virgen María.
LECTURA BREVE Jr 29, 11. 13
Así dice el Señor: «Sé muy bien lo que pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción, daros un porvenir y una esperanza. Me buscaréis y me encontraréis, si me buscáis de todo corazón».
V/. Los gentiles temerán tu nombre, Señor.
R/. Los reyes del mundo, tu gloria.
Sexta
Ant. El ángel Gabriel dijo a María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres».
LECTURA BREVE Jr 30, 18
Así dice el Señor: «Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me compadeceré de sus moradas».
V/. Acuérdate de nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R/. Visítanos con tu salvación.
Ant. Dijo María: «¿Qué saludo es éste que me turba? ¿Voy a dar a luz al Rey sin romper los sellos de mi virginidad?»
LECTURA BREVE Ba 3, 5-6a
No te acuerdes de los delitos de nuestros padres; acuérdate hoy de tu mano y de tu nombre. Porque tú eres el Señor, Dios nuestro.
V/. Ven, Señor, y no tardes.
R/. Perdona los pecados de tu pueblo.
La oración como en Laudes.
La oración como en Laudes.
Vísperas
LECTURA BREVE 2P 3, 8b-9
Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
RESPONSORIO BREVE
R/. Despierta tu poder y ven a salvarnos, * Señor Dios de los ejércitos. Despierta.
V/. Que brille tu rostro y nos salve. * Señor Dios de los ejércitos. Gloria al Padre. Despierta.
Magníficat, ant. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador.
PRECES
Roguemos a nuestro Redentor, que viene a dar la Buena Noticia a los pobres,
y digámosle:
Manifiesta, Señor, tu gloria a los hombres.
Manifiéstate, Señor, a todos los que no te conocen
— para que también ellos vean tu salvación.
Que tu nombre, Señor, se anuncie hasta el confín de la tierra
— y que todos los hombres descubran el camino que conduce a ti.
Tú que viniste por vez primera para salvar al mundo,
— ven de nuevo para salvar a los que en ti creen.
Aquella libertad que tu venida dio a los redimidos,
— consérvala, Señor, con tu poder, y defiéndela siempre.
Tú que ya viniste en la carne y vendrás de nuevo a juzgar al mundo,
— da en tu venida el premio eterno a los difuntos.
Manifiesta, Señor, tu gloria a los hombres.
Manifiéstate, Señor, a todos los que no te conocen
— para que también ellos vean tu salvación.
Que tu nombre, Señor, se anuncie hasta el confín de la tierra
— y que todos los hombres descubran el camino que conduce a ti.
Tú que viniste por vez primera para salvar al mundo,
— ven de nuevo para salvar a los que en ti creen.
Aquella libertad que tu venida dio a los redimidos,
— consérvala, Señor, con tu poder, y defiéndela siempre.
Tú que ya viniste en la carne y vendrás de nuevo a juzgar al mundo,
— da en tu venida el premio eterno a los difuntos.
Padre nuestro.
Oración
Señor, que tu pueblo permanezca en vela aguardando la venida de tu
Hijo, para que, siguiendo las enseñanzas de nuestro Salvador, salgamos a su
encuentro, cuando él llegue, con las lámparas encendidas. Por nuestro Señor
Jesucristo.
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