DOMINGO II DE CUARESMA
Semana II del Salterio
En vez de las antífonas para los cánticos de la Virgen María (Magníficat) y de Zacarías (Benedictus) que figuran en el siguiente formulario, pueden usarse las antífonas de libre elección que se hallan en el Apéndice IV.
I Vísperas
Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana II.
LECTURA BREVE 2Co 6, 1-4a
Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación. Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios.
RESPONSORIO BREVE
R/. Escúchanos, Señor, y ten piedad. *Porque hemos pecado contra ti. Escúchanos.
V/. Cristo, oye los ruegos de los que te suplican. *Porque hemos pecado contra ti. Gloria al Padre. Escúchanos.
Magníficat, ant. Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto; escuchadlo».
PRECES
Bendigamos a Dios, solícito y providente para con todos los hombres, e invoquémosle, diciendo:
Salva, Señor, a los que has redimido.
Oh Dios, fuente de todo bien y origen de toda verdad, llena con tus dones al Colegio de los obispos,
— y haz que aquellos que les han sido confiados se mantengan fieles a la doctrina de los apóstoles.
Infunde tu amor en aquellos que se nutren con el mismo pan de vida,
— para que todos sean uno en el cuerpo de tu Hijo.
Que nos despejemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
— y nos renovemos a imagen de Cristo, tu Hijo.
Concede a tu pueblo que, por la penitencia, obtenga el Perdón de sus pecados
— y tenga parte en los méritos de Jesucristo.
Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo,
— y que nosotros esperemos confiadamente unirnos a ellos en tu reino.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Padre santo, tú que nos has mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así, con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo.
Laudes
Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana II.
LECTURA BREVE Ne 8, 9a. 10
Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis; pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.
RESPONSORIO BREVE
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, *Ten piedad de nosotros. Cristo.
V/. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes, *Ten piedad de nosotros. Gloria al Padre. Cristo.
Benedictus, ant. Por medio del Evangelio, nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal.
PRECES
Glorifiquemos a Dios, cuya bondad es infinita, y elevemos a él nuestra oración por medio de Jesucristo, que está siempre vivo para interceder a favor nuestro; digámosle:
Enciende, Señor, en nosotros la llama de tu amor.
Dios de misericordia, haz que hoy nos entreguemos generosamente a las obras de amor al prójimo,
— para que tu misericordia, a través de nosotros, llegue a todos los hombres.
Tú que en el arca salvaste a Noé de las aguas del diluvio,
— salva por el agua del bautismo a los catecúmenos.
Concédenos vivir no sólo de pan,
— sino de toda palabra que sale de tu boca.
Haz que, con tu ayuda, venzamos toda disensión,
— y podamos gozarnos en el don de tu paz y de tu amor.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Padre santo, tú que nos has mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así, con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo.
Hora intermedia
Tercia
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
LECTURA BREVE 1Ts 4,1.7
Hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada.
V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
R/. Renuévame por dentro con espíritu firme.
Sexta
Ant. «Por mi vida —oráculo del Señor—, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva».
LECTURA BREVE Is 30,15.18
Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Vuestra salvación está en convertiros y en tener calma; vuestra fuerza está en confiar y estar tranquilos». Pero el Señor espera para apiadarse, aguanta para compadecerse; porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él.
V/. Aparta de mi pecado tu vista.
R/. Borra en mí toda culpa.
Nona
Ant. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.
LECTURA BREVE Dt 4,29-31
Busca al Señor, tu Dios, y lo encontrarás si lo buscas de todo corazón y con toda el alma. Cuando al cabo de los años te alcancen y te estrechen todas estas maldiciones, volverás al Señor, tu Dios, y lo obedecerás. Porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo: no te dejará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que juró a vuestros padres.
V/. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado.
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo deprecias.
La oración como Laudes.
II Vísperas
Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana II.
LECTURA BREVE 1Co 9,24-25
En el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita.
RESPONSORIO BREVE
R/. Escúchanos, Señor, y ten piedad. *Porque hemos pecado contra ti. Escúchanos.
V/. Cristo, oye los ruegos de los que te suplican. *Porque hemos pecado contra ti. Gloria al Padre. Escúchanos.
Magníficat, ant. No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.
PRECES
Demos siempre gracias a Cristo, nuestra cabeza y nuestro maestro, que vino a servir y a hacer el bien a todos, y digámosle humilde y confiadamente:
Atiende, Señor, a tu Iglesia.
Asiste, Señor, a los obispos y presbíteros de la Iglesia y haz que cumplan bien su misión de ser instrumentos tuyos, cabeza y pastor de la Iglesia,
— para que por medio de ti conduzcan a todos los hombres al Padre.
Que tus ángeles sean compañeros de camino de los que están de viaje,
— para que se vean libres de todo peligro de cuerpo y de alma.
Enséñanos, Señor, a servir a todos los hombres,
— imitándote a ti, que viniste a servir y no a ser servido.
Haz que en toda comunidad humana reine un espíritu fraternal,
— para que, estando tú en medio de ella, sea como una plaza fuerte.
Sé misericordioso, Señor, con todos los difuntos
— y admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Padre santo, tú que nos has mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así, con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo.
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