10. Por los laicos
El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.
Oración colecta
OH, Dios,
que enviaste al mundo, como fermento,
la fuerza del Evangelio,
concede a tus fieles, llamados a vivir
en medio del mundo y de los afanes terrenos,
que, encendidos de espíritu cristiano,
instauren sin cesar tu reino
mediante la gestión de los asuntos temporales.
Por nuestro Señor Jesucristo.
que enviaste al mundo, como fermento,
la fuerza del Evangelio,
concede a tus fieles, llamados a vivir
en medio del mundo y de los afanes terrenos,
que, encendidos de espíritu cristiano,
instauren sin cesar tu reino
mediante la gestión de los asuntos temporales.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
OH, Dios,
que quisiste salvar al mundo entero
por el sacrificio de tu Hijo,
haz que, por la eficacia de esta ofrenda,
tus siervos, a los que no dejas de llamar al apostolado,
impregnen el mundo del espíritu de Cristo
y sean el fermento de su santificación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 99, 1-2
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. Aleluya.
O bien: Cf. Jn 15, 8
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos, dice el Señor.
Oración después de la comunión
DESPUÉS de participar de la plenitud de tu gracia,
te pedimos, Señor, que tus fieles,
que quisiste que se dedicaran a las cosas temporales,
fortalecidos con el vigor del banquete eucarístico,
sean testigos valientes de la verdad evangélica
y transformen tu Iglesia,
presente y activa siempre
en las realidades terrenas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que quisiste salvar al mundo entero
por el sacrificio de tu Hijo,
haz que, por la eficacia de esta ofrenda,
tus siervos, a los que no dejas de llamar al apostolado,
impregnen el mundo del espíritu de Cristo
y sean el fermento de su santificación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 99, 1-2
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. Aleluya.
O bien: Cf. Jn 15, 8
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos, dice el Señor.
Oración después de la comunión
DESPUÉS de participar de la plenitud de tu gracia,
te pedimos, Señor, que tus fieles,
que quisiste que se dedicaran a las cosas temporales,
fortalecidos con el vigor del banquete eucarístico,
sean testigos valientes de la verdad evangélica
y transformen tu Iglesia,
presente y activa siempre
en las realidades terrenas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
© Conferencia Episcopal Española
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