XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Antífona de entrada Cf. Est 4, 17
A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
DIOS todopoderoso y eterno,
que desbordas con la abundancia de tu amor
los méritos y los deseos
de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia,
para que perdones lo que pesa en la conciencia
y nos concedas aun aquello
que la oración no menciona.
Por nuestro Señor Jesucristo.
que desbordas con la abundancia de tu amor
los méritos y los deseos
de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia,
para que perdones lo que pesa en la conciencia
y nos concedas aun aquello
que la oración no menciona.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, el sacrificio establecido por ti
y, por estos santos misterios
que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene
la obra santificadora de tu redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACEPTA, Señor, el sacrificio establecido por ti
y, por estos santos misterios
que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene
la obra santificadora de tu redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lam 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en él, para quien lo busca.
O bien: Cf. 1 Cor 10, 17
Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan y participamos del mismo cáliz.
El Señor es bueno para quienes esperan en él, para quien lo busca.
O bien: Cf. 1 Cor 10, 17
Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan y participamos del mismo cáliz.
Oración después de la comunión
CONCÉDENOS, Dios todopoderoso,
que nos alimentemos y saciemos en los sacramentos recibidos,
hasta que nos transformemos en lo que hemos tomado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que nos alimentemos y saciemos en los sacramentos recibidos,
hasta que nos transformemos en lo que hemos tomado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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