PROPIO DEL TIEMPO: NAVIDAD
Martes
Antífona de entrada Sal 117, 26-27
Bendito el que viene en nombre del Señor: el Señor es Dios, él nos ilumina.
Oración colecta
Antes de la solemnidad de Epifanía:
OH, Dios,
que, por el feliz alumbramiento de la santa Virgen,
has hecho que, en tu Hijo,
la humanidad no quedara sometida a la condena,
concede a quienes hemos recibido el ser criaturas nuevas,
vernos libres del influjo del antiguo pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Después de la solemnidad de Epifanía:
OH, Dios,
cuyo Unigénito se manifestó en la realidad de nuestra carne,
haz que merezcamos ser transformados interiormente
por aquel que hemos conocido
semejante nosotros en su humanidad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Antes de la solemnidad de Epifanía:
OH, Dios,
que, por el feliz alumbramiento de la santa Virgen,
has hecho que, en tu Hijo,
la humanidad no quedara sometida a la condena,
concede a quienes hemos recibido el ser criaturas nuevas,
vernos libres del influjo del antiguo pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Después de la solemnidad de Epifanía:
OH, Dios,
cuyo Unigénito se manifestó en la realidad de nuestra carne,
haz que merezcamos ser transformados interiormente
por aquel que hemos conocido
semejante nosotros en su humanidad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, con bondad
las ofrendas de tu pueblo,
para que cuanto creemos por la fe
lo alcancemos por el sacramento celestial.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antes de la solemnidad de Epifanía, prefacio de Navidad.
Después de la solemnidad de Epifanía, prefacio de la Epifanía o de Navidad.
las ofrendas de tu pueblo,
para que cuanto creemos por la fe
lo alcancemos por el sacramento celestial.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antes de la solemnidad de Epifanía, prefacio de Navidad.
Después de la solemnidad de Epifanía, prefacio de la Epifanía o de Navidad.
Antífona de comunión Cf. Ef 2, 4; Rom 8, 3
Dios, por el gran amor con que nos amó, envió a su Hijo en semejanza de carne de pecado.
Oración después de la comunión
OH, Dios,
que llegas hasta nosotros
al participar en tu sacramento,
realiza en nuestros corazones el efecto de su poder,
para que, al recibirlo, nos haga dignos del don que nos haces.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que llegas hasta nosotros
al participar en tu sacramento,
realiza en nuestros corazones el efecto de su poder,
para que, al recibirlo, nos haga dignos del don que nos haces.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
© Conferencia Episcopal Española
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