PROPIO DEL TIEMPO: NAVIDAD
25 de diciembre
NATIVIDAD DEL SEÑOR
Solemnidad
Misa del día
Antífona de entrada Cf. Is 9, 5
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva a hombros el principado, y es su nombre: Ángel del gran consejo.
Se dice Gloria.
Se dice Gloria.
Oración colecta
OH, Dios,
que estableciste admirablemente la dignidad del hombre
y la restauraste de modo aún más admirable,
concédenos compartir la divinidad de aquel
que se dignó participar de la condición humana.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra... todos se arrodillan.
OH, Dios,
que estableciste admirablemente la dignidad del hombre
y la restauraste de modo aún más admirable,
concédenos compartir la divinidad de aquel
que se dignó participar de la condición humana.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra... todos se arrodillan.
Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, la ofrenda de este día solemne
en el que se manifestó
el sacrificio perfecto de nuestra reconciliación
y comenzó para nosotros la plenitud del culto divino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad.
Indicaciones para el uso de las plegarias eucarísticas I, II y III en las mismas páginas de los prefacio.
en el que se manifestó
el sacrificio perfecto de nuestra reconciliación
y comenzó para nosotros la plenitud del culto divino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad.
Indicaciones para el uso de las plegarias eucarísticas I, II y III en las mismas páginas de los prefacio.
Antífona de comunión Sal 97, 3
Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Oración después de la comunión
DIOS misericordioso,
hoy que nos ha nacido el Salvador del mundo
para comunicarnos la vida divina,
te pedimos que nos hagas igualmente partícipes
del don de su inmortalidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede usar la fórmula de bendición solemne (n. 2).
hoy que nos ha nacido el Salvador del mundo
para comunicarnos la vida divina,
te pedimos que nos hagas igualmente partícipes
del don de su inmortalidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede usar la fórmula de bendición solemne (n. 2).
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