Diurnal - Domingo IV de Pascua

Tiempo Pascual

DOMINGO IV DE PASCUA

En vez de las antífonas para los cánticos de la Virgen María (Magníficat) y de Zacarías (Benedictus) que figuran en el siguiente formulario, pueden usarse las antífonas de libre elección que se hallan en el Apéndice IV.

Semana IV del Salterio 

I Vísperas

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana IV.

LECTURA BREVE          1P 2, 9-10

Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Antes erais «no pueblo», ahora sois «pueblo de Dios»; antes erais «no compadecidos», ahora sois «compadecidos».

RESPONSORIO BREVE 

R/. Los discípulos se llenaron de alegría. *Aleluya, aleluya. Los discípulos. 
V/. Al ver al Señor. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Los discípulos. 

Magníficat, ant. «Yo soy la puerta —dice el Señor—; quien entre por mí se salvará y encontrará pastos». Aleluya. 

PRECES 

Oremos a Cristo que, resucitando de entre los muertos, destruyó la muerte y nos dio nueva vida, y digámosle: 

Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. 

Tú que eres la piedra desechada por los arquitectos, pero convertida en piedra angular, 
—conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. 

Tú que eres el testigo fiel y veraz, el primogénito de entre los muertos, 
—haz que tu Iglesia dé siempre testimonio de ti ante el mundo. 

Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, 
—haz que todos nosotros seamos testigos de este misterio nupcial. 

Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, 
—concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria. 

Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, 
—alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. 

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, concédenos también la alegría eterna del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor. Que vive y reina contigo. 

Laudes 

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana IV.

LECTURA BREVE          Hch 10, 40-43

Dios resucitó a Jesús al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.

RESPONSORIO BREVE

R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. *Aleluya, aleluya. Cristo. 
V/. Tú que has resucitado de entre los muertos. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Cristo. 

Benedictus, ant. Yo soy el Pastor de las ovejas; yo soy el camino, la verdad y la vida. Yo soy el buen Pastor, que conozco a mis ovejas y las mías me conocen. Aleluya. 

PRECES

Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémosle, diciendo: 

Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. 

Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, 
—haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable. 

Tú que nos has salvado por la fe, 
—haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. 

Tú que quieres que busquemos lo bienes de allá arriba, donde está Cristo sentado a tu derecha, 
—líbranos de la seducción del pecado. 

Haz que nuestra vida, escondida con Cristo en ti, brille en el mundo 
—como signo que anuncie el cielo y la tierra nuevos. 

Padre nuestro. 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, concédenos también la alegría eterna del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor. Que vive y reina contigo. 

Hora intermedia

Tercia 

LECTURA BREVE          Cf. 1Co 15,3b-5

Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras; se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce.

V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. 
R/. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya. 

Sexta 

LECTURA BREVE          Ef 2,4-6

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo —por pura gracia estáis salvados—, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. 

V/. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. 
R/. Al ver al Señor. Aleluya. 

Nona 

LECTURA BREVE          Rm 6,4

Por el bautismo fuimos sepultados con Cristo en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. () 

V/. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya. 
R/. Porque atardece. Aleluya.

La oración como en Laudes.

II Vísperas

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana IV.

LECTURA BREVE          Hb 10,12-14

Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.

RESPONSORIO BREVE

R/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. *Aleluya, aleluya. Verdaderamente. 
V/. Y se ha aparecido a Simón. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Verdaderamente. 

Magníficat, ant. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya. 

PRECES 

Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: 

Guarda, Señor, a tu pueblo, por la gloria de Cristo. 

Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, 
—atrae hacia él a todos los hombres. 

Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia el Espíritu Santo, 
—a fin de que tu pueblo sea, en medio del mundo, signo de la unidad de los hombres. 

A la nueva prole renacida del agua y del Espíritu Santo consérvala en la fe de su bautismo, 
—para que alcance la vida eterna. 

Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da libertad a los presos, salud a los enfermos 
—y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. 

A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de Cristo glorioso, 
—concédeles la gloria de la resurrección en el último día. 

Padre nuestro. 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, concédenos también la alegría eterna del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor. Que vive y reina contigo. 

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