XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Antífona de entrada Cf. Sal 67, 6-7. 36
Dios vive en su santa morada. Dios, el que hace habitar juntos en su casa, él mismo dará fuerza y poder a su pueblo.
Oración colecta
OH, Dios, protector de los que en ti esperan
y sin el que nada es fuerte ni santo;
multiplica sobre nosotros tu misericordia,
para que, instruidos y guiados por ti,
de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros
que podamos adherirnos ya a los eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
y sin el que nada es fuerte ni santo;
multiplica sobre nosotros tu misericordia,
para que, instruidos y guiados por ti,
de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros
que podamos adherirnos ya a los eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, las ofrendas
que te presentamos gracias a tu generosidad,
para que estos santos misterios,
donde tu poder actúa eficazmente,
santifiquen los días de nuestra vida
y nos conduzcan a las alegrías eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que te presentamos gracias a tu generosidad,
para que estos santos misterios,
donde tu poder actúa eficazmente,
santifiquen los días de nuestra vida
y nos conduzcan a las alegrías eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 102, 2
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.
O bien: Mt 5, 7-8
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.
O bien: Mt 5, 7-8
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Oración después de la comunión
HEMOS recibido, Señor, el santo sacramento,
memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo;
concédenos que este don,
que él mismo nos entregó
con amor inefable,
sea provechoso para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo;
concédenos que este don,
que él mismo nos entregó
con amor inefable,
sea provechoso para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
© Conferencia Episcopal Española
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