Diurnal - Miércoles III semana de Cuaresma

Tiempo de Cuaresma

MIÉRCOLES

Laudes


LECTURA BREVE          Dt 7, 6. 8-9

El Señor, tu Dios, te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad. Por puro amor vuestro, por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así sabrás que el Señor, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con los que lo aman y guardan sus preceptos, por mil generaciones.

RESPONSORIO BREVE

R/. Él me librará *De la red del cazador. Él me librará.
V/. Me cubrirá con sus plumas. *De la red del cazador. Gloria al Padre. Él me librará.

Benedictus, ant. «No creáis que he venido a abolir la ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud», dice el Señor.

PRECES

Bendigamos al Autor de nuestra salvación, que ha querido renovar en sí mismo todas las cosas, y digámosle:

Renuévanos, Señor, por tu Espíritu Santo.

Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos sin cesar por tu Espíritu Santo,
— para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén.

Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu,
— y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal.

Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia
— y a poner nuestro corazón en los bienes eternos.

Líbranos del mal
— y presérvanos de la fascinación de la vanidad, que oscurece la mente y oculta el bien.

Padre nuestro.

Oración

Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y alimentados con tu palabra, te pedimos, Señor, que te sirvamos fielmente con nuestras penitencias y perseveremos unidos en la plegaria. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Tercia

Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.

LECTURA BREVE          Ez 18, 30b-32

«Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado. Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no moriréis, casa de Israel. Pues no quiero la muerte de nadie –oráculo del Señor-. ¡Arrepentíos, y viviréis!»

V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
R/. Renuévame por dentro con espíritu firme.

Sexta

Ant. «Por mi vida –oráculo del Señor-, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva».

LECTURA BREVE          Za 1, 3b-4b

«Convertíos a mí –oráculo del Señor de los ejércitos-, y me convertiré a vosotros – dice el Señor de los ejércitos-. No seáis como vuestros padres, a quienes predicaban los antiguos profetas: “Así dice el Señor: Convertíos de vuestra mala conducta y de vuestras malas obras”, pero no me obedecieron».

V/. Aparta de mi pecado tu vista.
R/. Borra en mí toda culpa.

Nona

Ant. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.

LECTURA BREVE          Dn 4, 24b

Expía tus pecados con limosnas, tus delitos socorriendo a los pobres, para que dure tu paz.

V/. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado.
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

La oración como en Laudes.

Vísperas

LECTURA BREVE          Flp 2, 12b-15a

Seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros en querer y la actividad para realizar su designio de amor. Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha.

RESPONSORIO BREVE

R/. Yo dije: *Señor, ten misericordia. Yo dije.
V/. Sáname, porque he pecado contra ti. *Señor, ten misericordia. Gloria al Padre. Yo dije.

Magníficat, ant.  Quien cumpla y enseñe los preceptos del Señor será grande en el reino de los cielos.

PRECES

Alabemos a Dios todopoderoso y providente, que conoce todas nuestras necesidades, pero quiere ante todo que busquemos su reino; supliquémosle, pues, diciendo:

Venga a nosotros, Señor, tu reino y su justicia.

Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus pastores
— ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño.

Mueve a los cristianos para que con amor fraternal se interesen por los enfermos,
— y socorran en ellos a tu Hijo.

Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el Evangelio,
— y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor.

A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón
— y la reconciliación con tu Iglesia.

A los que murieron, concédeles resucitar a la vida eterna
— y morar eternamente contigo.

Padre nuestro.

Oración

Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y alimentados con tu palabra, te pedimos, Señor, que te sirvamos fielmente con nuestras penitencias y perseveremos unidos en la plegaria. Por nuestro Señor Jesucristo. 

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