Leccionario III (par) - Martes de la II semana del Tiempo Ordinario

Tiempo Ordinario

MARTES DE LA II SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
1 Sam 16, 1-13
Samuel ungió a David en medio de sus hermanos y el espíritu del Señor vino sobre él

Lectura del primer libro de Samuel.

EN aquellos días, el Señor dijo a Samuel:
    «¿Hasta cuándo vas a estar sufriendo por Saúl, cuando soy yo el que lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu cuerno de aceite y ponte en camino. Te envío a casa de Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mi».
Samuel respondió:
    «¿Cómo voy a ir? Si lo oye Saúl, me mata».
El Señor respondió:
    «Llevas de la mano una novilla y dices que has venido a ofrecer un sacrificio al Señor. Invitarás a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que has de hacer. Me ungirás al que te señale».
Samuel hizo lo que le había ordenado el Señor.
Una vez llegado a Belén, los ancianos de la ciudad salieron temblorosos a su encuentro.
Preguntaron:
    «¿Es de paz tu venida?».
Respondió:
    «Si. He venido para ofrecer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio».
Purificó a Jesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.
Cuando estos llegaron, vio a Eliab y se dijo:
    «Seguro que está su ungido ante el Señor».
Pero el Señor dijo a Samuel:
    «No te fijes en su apariencia ni en lo elevado de su estatura, porque lo he descartado. No se trata de lo que vea el hombre. Pues el hombre mira a los ojos, mas el Señor mira el corazón».
Jesé llamó a Abinadab y lo presentó a Samuel, pero le dijo:
    «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor».
Jesé presentó a Samá. Y Samuel dijo:
    «El Señor tampoco ha elegido a este».
Jesé presentó a sus siete hijos suyos ante Samuel. Pero Samuel dijo a Jesé:
    «El Señor no ha elegido a estos».
Entonces Samuel preguntó a Jesé:
    «¿No hay más muchachos?».
Y le respondió:
    «Todavía queda el menor, que está pastoreando el rebaño».
Samuel le dijo:
    «Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa, mientras no venga».
Jesé mandó a por él y lo hizo venir. Era rubio, de hermosos ojos y buena presencia. El Señor dijo a Samuel:
    «Levántate y úngelo de parte del Señor, pues es este».
Samuel cogió el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu del Señor vino sobre David desde aquel día en adelante.
Samuel emprendió luego el camino de Ramá.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial 
Sal 88, 20. 21-22. 27-28 (R/.: 21a)
R/.   Encontré a David, mi siervo.

        V/.   Un día hablaste en visión a tus santos:
                «He ceñido la corona a un héroe,
                he levantado a un soldado de entre el pueblo».   R/.

        V/.   «Encontré a David, mi siervo,
                y lo he ungido con óleo sagrado;
                para que mi mano esté siempre con él
                y mi brazo lo haga valeroso».   R/.

        V/.   «Él me invocará: “Tú eres mi padre,
                mi Dios, mi Roca salvadora”;
                y lo nombraré mi primogénito,
                excelso entre los reyes de la tierra».   R/.

Aleluya
Cf. Ef 1, 17-18
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.  El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
       para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.   R/.

EVANGELIO
Mc 2, 23-28
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado
Lectura del santo Evangelio según San Marcos.

SUCEDIÓ que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.
Los fariseos le preguntan:
    «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».
Él les responde:
    «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, como entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que sólo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a los que estaban con él?».
Y les decía:
    «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».

Palabra del Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario