Diurnal - Textos comunes para el Tiempo de Navidad hasta la solemnidad de la Epifanía

Tiempo de Navidad

I. TEXTOS COMUNES
PARA EL TIEMPO DE NAVIDAD
HASTA LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA

Vísperas

HIMNO

I

Te diré mi amor, Rey mío,
en la quietud de la tarde,
cuando se cierran los ojos
y los corazones se abren.

Te diré mi amor, Rey mío,
con una mirada suave,
te lo diré contemplando
tu cuerpo que en pajas yace.

Te diré mi amor, Rey mío,
adorándote en la carne,
te lo diré con mis besos,
quizá con gotas de sangre.

Te diré mi amor, Rey mío,
con los hombres y los ángeles,
con el aliento del cielo
que espiran los animales.

Te diré mi amor, Rey mío,
con el amor de tu Madre,
con los labios de tu Esposa
y con la fe de tus mártires.

Te diré mi amor, Rey mío,
¡oh Dios del amor más grande!
¡Bendito en la Trinidad,
que has venido a nuestro valle! Amén.

II

De un Dios que se encarnó muestra el misterio
     la luz de Navidad.
Comienza hoy, Jesús, tu nuevo imperio
     de amor y de verdad.

El Padre eterno te engendró en su mente
     desde la eternidad,
y antes que el mundo, ya eternamente,
     fue tu natividad.

La plenitud del tiempo está cumplida;
     rocío bienhechor
baja del cielo, trae nueva vida
     al mundo pecador.

¡Oh santa noche! Hoy Cristo nacía
     en mísero portal;
Hijo de Dios, recibe de María
     la carne del mortal.

Señor Jesús, el hombre en este suelo
     cantar quiere tu amor,
y, junto con los ángeles del cielo,
     te ofrece su loor.

Este Jesús en brazos de María
     es nuestra redención;
cielos y tierra con su abrazo unía
     de paz y de perdón.

Tú eres el Rey de paz, de ti recibe
     su luz el porvenir;
Ángel del gran Consejo, por ti vive
     cuanto llega a existir.

A ti, Señor, y al Padre la alabanza,
     y de ambos al Amor.
Contigo al mundo llega la esperanza;
     a ti gloria y honor. Amén.

III

     No la debemos dormir
     la noche santa,
     no la debemos dormir.

La Virgen a solas piensa
     que hará
cuando al Rey de luz inmensa
     parirá,
si de su divina esencia
     temblará,
o qué le podrá decir.

     No la debemos dormir
     la noche santa,
     no la debemos dormir. Amén.

Invitatorio

Ant. A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

HIMNO

I

Entonad los aires
con voz celestial:
«Dios niño ha nacido
pobre en un portal».

Anúnciale el ángel
la nueva al pastor,
que niño ha nacido
nuestro Salvador.

Adoran pastores
en sombras al Sol,
que niño ha nacido,
de una Virgen, Dios.

Haciéndose hombre,
al hombre salvó.
Un niño ha nacido,
ha nacido Dios. Amén.

II

Ver a Dios en la criatura,
ver a Dios hecho mortal,
ver en humano portal
la celestial hermosura.
¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!
¡Quién lo viera y fuera yo!

Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.
¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!
¡Quién lo viera y fuera yo!

Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién lo hiciera y fuera yo! Amén.

Para las Hora intermedia, los himnos como en el Ordinario.

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