Tiempo de Cuaresma
DOMINGO III DE CUARESMA
En vez de las antífonas para los cánticos de la Virgen María (Magníficat) y de Zacarías (Benedictus) que figuran en el siguiente formulario, pueden utilizarse las antífonas de libre elección que se hallan en el Apéndice IV.
Semana III del Salterio
I Vísperas
Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana III.
LECTURA BREVE 2Co 6, 1-4a
Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación. Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios.
RESPONSORIO BREVE
R/. Escúchanos, Señor, y ten piedad. *Porque hemos pecado contra ti. Escúchanos.
V/. Cristo, oye los ruegos de los que te suplican. *Porque hemos pecado contra ti. Gloria al Padre. Escúchanos.
Magníficat, ant.:
Año A: Justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Año B: Cantemos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para loas gentiles; pero, para los llamados, un Mesías que es fuerza de Dios.
Año C: Todo lo que, en otro tiempo, sucedía a nuestros padres era como un ejemplo para nosotros.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, el Señor, que ha querido ser nuestro maestro, nuestro ejemplo y nuestro hermano, y supliquémosle, diciendo:
Renueva, Señor, a tu pueblo.
Cristo, hecho en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado, haz que nos alegremos con los que se alegran y sepamos llorar con los que están tristes,
— para que nuestro amor crezca y sea verdadero.
Concédenos saciar tu hambre en los hambrientos,
— y tu sed en los sedientos.
Tú que resucitaste a Lázaro de la muerte,
— haz que, por la fe y la penitencia, los pecadores vuelvan a la vida cristiana.
Haz que todos, según el ejemplo de la Virgen María y de los santos,
— sigan con más diligencia y perfección tus enseñanzas.
Concédenos, Señor, que nuestros hermanos difuntos sean admitidos a la gloria de la resurrección,
— y gocen eternamente de tu amor.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien, que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor a tu pueblo penitente y restaura con tu misericordia a los que estamos hundidos bajo el peso de las culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Laudes
Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana III.
LECTURA BREVE Cf. Ne 8, 9a. 10
Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis; pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.
RESPONSORIO BREVE
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, * Ten piedad de nosotros. Cristo.
V/. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes, * Ten piedad de nosotros. Gloria al Padre. Cristo.
Benedictus, ant.:
Año A: Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.
Año B: «Destruid este templo —dice el Señor—, y en tres días lo levantaré». Él hablaba del templo de su cuerpo.
Año C: El Señor Dios de vuestros padres me envía a vosotros.
PRECES
Acudamos a nuestro Redentor, que nos concede estos días de perdón, y, bendiciéndole, digamos:
Infúndenos, Señor, un espíritu nuevo.
Cristo, vida nuestra, tú que por el bautismo nos has sepultado místicamente contigo en la muerte, para que contigo también resucitemos,
— concédenos caminar hoy en una vida nueva.
Señor Jesús, tú que pasaste por el mundo haciendo el bien,
— haz que también nosotros seamos solícitos del bien de todos los hombres.
Ayúdanos, Señor, a trabajar concordes en la edificación de nuestra ciudad terrena,
— sin olvidar nunca tu reino eterno.
Tú, Señor, que eres médico de los cuerpos y de las almas,
— sana las dolencias de nuestro espíritu, para que crezcamos cada día en santidad.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien, que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor a tu pueblo penitente y restaura con tu misericordia a los que estamos hundidos bajo el peso de las culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Hora intermedia
Tercia
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
LECTURA BREVE 1Ts 4,1.7
Hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada.
V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
R/. Renuévame por dentro con espíritu firme.
Sexta
Ant. «Por mi vida —oráculo del Señor—, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva».
LECTURA BREVE Is 30,15.18
Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Vuestra salvación está en convertiros y en tener calma; vuestra fuerza está en confiar y estar tranquilos». Pero el Señor espera para apiadarse, aguanta para compadecerse; porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él.
V/. Aparta de mi pecado tu vista.
R/. Borra en mí toda culpa.
Nona
Ant. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.
LECTURA BREVE Dt 4,29-31
Busca al Señor, tu Dios, y lo encontrarás si lo buscas de todo corazón y con toda el alma. Cuando al cabo de los años te alcancen y te estrechen todas estas maldiciones, volverás al Señor, tu Dios, y lo obedecerás. Porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo: no te dejará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que juró a vuestros padres.
V/. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado.
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo deprecias.
La oración como en Laudes.
II Vísperas
Las antífonas propias en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana III.
LECTURA BREVE 1Co 9, 24-25
En el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita
RESPONSORIO BREVE
R/. Escúchanos, Señor, y ten piedad. * Porque hemos pecado contra ti. Escúchanos.
V/. Cristo, oye los ruegos de los que te suplican. * Porque hemos pecado contra ti. Gloria al Padre. Escúchanos.
Magníficat, ant.:
Año A: Dice el Señor: «El que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed».
Año B: «La casa de mi Padre es casa de oración», dice el Señor.
Año C: El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
PRECES
Demos gloria y alabanza a Dios Padre que, por medio de su Hijo, la Palabra encarnada, nos hace renacer de un germen incorruptible y eterno, y supliquémosle, diciendo:
Señor, ten piedad de tu pueblo.
Escucha, Dios de misericordia, la oración que te presentamos en favor de tu pueblo
—y concede a tus fieles desear tu palabra más que el alimento del cuerpo.
Enséñanos a amar de verdad y sin discriminación a nuestros hermanos y a los hombres de todas las razas,
—y a trabajar por su bien y por la concordia mutua.
Pon tus ojos en los catecúmenos que se preparan para el bautismo
—y haz de ellos piedras vivas y templo espiritual en tu honor.
Tú que, por la predicación de Jonás, exhortaste a los ninivitas a la penitencia,
—haz que tu palabra llame a los pecadores a la conversión. 69
Haz que los moribundos esperen confiadamente el encuentro con Cristo, su juez,
—y gocen eternamente de tu presencia.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien, que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor a tu pueblo penitente y restaura con tu misericordia a los que estamos hundidos bajo el peso de las culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.
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