2. De la misericordia de Dios
Esta misa se dice con vestiduras de color blanco. Esta misa no se puede utilizar el domingo II de Pascua.
Antífona de entrada Cf. Jer 31, 3; 1 Jn 2, 2
Con amor eterno nos amó Dios; envió a su Hijo único como víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
O bien: Sal 88, 2
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
O bien: Sal 88, 2
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Oración colecta
SEÑOR Dios, cuya misericordia no tiene límites
y cuya bondad es un tesoro inagotable,
acrecienta la fe del pueblo a ti consagrado,
para que todos comprendan mejor
qué amor nos ha creado,
qué sangre nos ha redimido
y qué Espíritu nos ha hecho renacer.
Por nuestro Señor Jesucristo.
y cuya bondad es un tesoro inagotable,
acrecienta la fe del pueblo a ti consagrado,
para que todos comprendan mejor
qué amor nos ha creado,
qué sangre nos ha redimido
y qué Espíritu nos ha hecho renacer.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
ACEPTA con bondad, Señor, nuestras ofrendas
y transfórmalas en sacramento de redención,
memorial de la muerte y Resurrección de tu Hijo,
para que, por la eficacia de este sacrificio,
y confiando siempre en Cristo,
lleguemos a la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
y transfórmalas en sacramento de redención,
memorial de la muerte y Resurrección de tu Hijo,
para que, por la eficacia de este sacrificio,
y confiando siempre en Cristo,
lleguemos a la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 102, 17
La misericordia del Señor dura desde siempre y por siempre para aquellos que lo temen.
O bien: Jn 19, 34
Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
O bien: Jn 19, 34
Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
Oración después de la comunión
CONCÉDENOS, Dios misericordioso,
que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
bebamos con fe en la fuente de la misericordia
y nos mostremos cada vez
más misericordiosos con nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
bebamos con fe en la fuente de la misericordia
y nos mostremos cada vez
más misericordiosos con nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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