MIÉRCOLES SANTO
Antífona de entrada Cf. Flp 2, 10. 8. 11
Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo: porque él se ha hecho obediente hasta la muerte y una muerte de cruz; por eso es Señor, para gloria de Dios Padre.
Oración colecta
OH , Dios que, para libramos del poder del enemigo,
quisiste que tu Hijo soportase por nosotros el suplicio de la cruz,
concédenos a tus siervos alcanzar la gracia de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo.
quisiste que tu Hijo soportase por nosotros el suplicio de la cruz,
concédenos a tus siervos alcanzar la gracia de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, las ofrendas que te presentamos,
y muestra la eficacia de tu poder,
para que, al celebrar sacramentalmente la pasión de tu Hijo,
consigamos sus frutos saludables.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor.
y muestra la eficacia de tu poder,
para que, al celebrar sacramentalmente la pasión de tu Hijo,
consigamos sus frutos saludables.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor.
Antífona de comunión Mt 20, 28
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos.
Oración después de la comunión
DIOS todopoderoso,
concédenos sentir vivamente
que, por la muerte de tu Hijo en el tiempo
manifestada en estos santos misterios,
confiemos en que tú nos has dado la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
concédenos sentir vivamente
que, por la muerte de tu Hijo en el tiempo
manifestada en estos santos misterios,
confiemos en que tú nos has dado la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo
Se puede añadir ad libitum
CONCEDE, Señor, a tus fieles
recibir pronto los sacramentos pascuales
y esperar, con vivo deseo, los dones futuros,
para que, perseverando
en los santos misterios que los hicieron renacer,
se sientan impulsados por ellos hacia una nueva vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
recibir pronto los sacramentos pascuales
y esperar, con vivo deseo, los dones futuros,
para que, perseverando
en los santos misterios que los hicieron renacer,
se sientan impulsados por ellos hacia una nueva vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
© Conferencia Episcopal Española
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