LUNES SANTO
Antífona de entrada Sal 34, 1-2; 139, 8
Pelea, Señor, contra los que me atacan, guerrea contra los que me hacen guerra; empuña el escudo y la adarga, levántate y ven en mi auxilio, Señor Dios, mi fuerte salvador.
Oración colecta
CONCÉDENOS, Dios todopoderoso,
que, quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad,
encontremos aliento en la pasión de tu Hijo unigénito.
Él, que vive y reina contigo.
que, quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad,
encontremos aliento en la pasión de tu Hijo unigénito.
Él, que vive y reina contigo.
Oración sobre las ofrendas
MIRA, Señor, con bondad
los santos misterios que estamos celebrando
y, ya que tu amor providente los instituyó
para librarnos de nuestra condena,
haz que fructifiquen para la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor.
los santos misterios que estamos celebrando
y, ya que tu amor providente los instituyó
para librarnos de nuestra condena,
haz que fructifiquen para la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor.
Antífona de comunión Sal 101, 3
No me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame en seguida.
Oración después de la comunión
VISITA , Señor, a tu pueblo,
y guarda los corazones
de quienes se consagran a tus misterios con amor solícito,
para que conserven, bajo tu protección,
los medios de la salvación eterna que han recibido de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
y guarda los corazones
de quienes se consagran a tus misterios con amor solícito,
para que conserven, bajo tu protección,
los medios de la salvación eterna que han recibido de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo
Se puede añadir ad libitum
DEFIENDE, Señor, a los sencillos
y protege continuamente a los que confían en tu misericordia,
para que, al disponerse a celebrar las fiestas de Pascua,
tengan en cuenta no solo la penitencia corporal,
sino, lo que es más importante, la pureza interior.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
y protege continuamente a los que confían en tu misericordia,
para que, al disponerse a celebrar las fiestas de Pascua,
tengan en cuenta no solo la penitencia corporal,
sino, lo que es más importante, la pureza interior.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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