Leccionario III (impar) - Lunes de la I semana del tiempo ordinario

Tiempo Ordinario

LUNES DE LA I SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Heb 1, 1-6
Dios nos ha hablado por el Hijo

Comienzo de la carta a los Hebreos.

EN muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues ¿a qué ángel dijo jamás:
«Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»;
y en otro lugar:
«Yo seré para él un padre,
y él será para mí un hijo?».
Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice:
«Adórenlo todos los ángeles de Dios».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial 
Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9. (R/.: cf. 7c)
R/.   Adorad a Dios todos sus ángeles.

        V/.   El Señor reina, la tierra goza,
                se alegran las islas innumerables.
                Justicia y derecho sostienen su trono.   R/.

        V/.   Los cielos pregonan su justicia,
                y todos los pueblos contemplan su gloria.
                Adoradlo todos sus ángeles.   R/.

        V/.   Porque tú eres, Señor,
                Altísimo sobre toda la tierra,
                encumbrado sobre todos los dioses.   R/.


Aleluya
Mc 1, 15
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.  Está cerca el reino de Dios —dice el Señor—;
       convertíos y creed en el Evangelio.   R/.

EVANGELIO
Mc 1, 14-20
Convertíos y creed en el Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

DESPUÉS de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
    «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
    «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Palabra del Señor.

© Conferencia Episcopal Española

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