Diurnal - Miércoles de la V semana de Pascua

Tiempo Pascual

MIÉRCOLES

Laudes

LECTURA BREVE          Rm 6, 8-11

Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

RESPONSORIO BREVE

R/. El Señor ha resucitado del sepulcro. *Aleluya, aleluya. El Señor.
V/. El que por nosotros colgó del madero. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Señor.

Benedictus, ant. Yo soy la verdadera vid, aleluya; vosotros, mis sarmientos. Aleluya.

PRECES

Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémosle, diciendo:

Por tu victoria, sálvanos, Señor.

Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido,
— ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo.

Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres,
— recibe la adoración que en espíritu y verdad te tributamos en esta fiesta de tu resurrección.

Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección
— y, compadecido de nosotros, defiéndenos hoy de todo mal.

Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando aparezcas,
— podamos aparecer también nosotros, juntamente contigo, en gloria.

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, atrae hacia ti el corazón de tus fieles, para que siempre vivan a la luz de tu verdad los que han sido librados de las tinieblas del error. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Tercia

LECTURA BREVE          Cf. Rm 4, 24-25

Creemos en el que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.

V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya.

Sexta

LECTURA BREVE          1Jn 5, 5-6a

¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre. 

V/. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya.
R/. Al ver al Señor. Aleluya. 

Nona

LECTURA BREVE          Cf. Ef 4, 23-24

Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

V/. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya.
R/. Porque atardece. Aleluya.

La oración como en Laudes.

Vísperas

LECTURA BREVE          Hb 7, 24-27

Jesús, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día –como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo-, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

RESPONSORIO BREVE

R/. Los discípulos se llenaron de alegría. *Aleluya, aleluya. Los discípulos.
V/. Al ver al Señor. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Los discípulos. 

Magníficat, ant. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará. Aleluya.

PRECES

Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre y digámosle:

Oh Cristo, siempre vivo para interceder por los hombres, escucha nuestra oración.

Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado al ministerio pastoral;
— que sean para tu pueblo ejemplo de santidad.

Concede, Señor, el espíritu de justicia y de paz a los que gobiernan las naciones
— y haz que trabajen para que todos podamos vivir según tu ley.

Concede paz a nuestros días
— y multiplica las bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad.

Oh Cristo, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y has llamado a la vida a toda la creación, que estaba sometida a la frustración,
— concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos.

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, atrae hacia ti el corazón de tus fieles, para que siempre vivan a la luz de tu verdad los que han sido librados de las tinieblas del error. Por nuestro Señor Jesucristo.

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