MIÉRCOLES
Laudes
LECTURA BREVE Dt 7, 6. 8-9
El Señor, tu Dios, te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad. Por puro amor vuestro, por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así sabrás que el Señor, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con los que lo aman y guardan sus preceptos, por mil generaciones.
RESPONSORIO BREVE
R/. Él me librará *De la red del cazador. Él me librará.
V/. Me cubrirá con sus plumas. *De la red del cazador. Gloria al Padre. Él me librará.
Benedictus, ant. Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás.
PRECES
Bendigamos al Autor de nuestra salvación, que ha querido renovar en sí
mismo todas las cosas, y digámosle:
Renuévanos, Señor, por tu Espíritu Santo.
Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos sin cesar por tu Espíritu Santo,
— para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén.
Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu,
— y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal.
Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia
— y a poner nuestro corazón en los bienes eternos.
Líbranos del mal
— y presérvanos de la fascinación de la vanidad que oscurece la mente y oculta el bien.
Renuévanos, Señor, por tu Espíritu Santo.
Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos sin cesar por tu Espíritu Santo,
— para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén.
Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu,
— y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal.
Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia
— y a poner nuestro corazón en los bienes eternos.
Líbranos del mal
— y presérvanos de la fascinación de la vanidad que oscurece la mente y oculta el bien.
Padre nuestro.
Oración
Señor, mira complacido a tu pueblo que desea entregarse a ti con una
vida santa; y a los que dominan su cuerpo con la penitencia transfórmales
interiormente mediante el fruto de la buenas obras. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Hora intermedia
Tercia
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
LECTURA BREVE Ez 18, 30b-32
«Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado. Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no moriréis, casa de Israel. Pues no quiero la muerte de nadie –oráculo del Señor-. ¡Arrepentíos, y viviréis!»
V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
R/. Renuévame por dentro con espíritu firme.
Sexta
Ant. «Por mi vida –oráculo del Señor-, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva».
LECTURA BREVE Za 1, 3b-4b
«Convertíos a mí –oráculo del Señor de los ejércitos-, y me convertiré a vosotros – dice el Señor de los ejércitos-. No seáis como vuestros padres, a quienes predicaban los antiguos profetas: “Así dice el Señor: Convertíos de vuestra mala conducta y de vuestras malas obras”, pero no me obedecieron».
V/. Aparta de mi pecado tu vista.
R/. Borra en mí toda culpa.
Nona
Ant. Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.
LECTURA BREVE Dn 4, 24b
Expía tus pecados con limosnas, tus delitos socorriendo a los pobres, para que dure tu paz.
V/. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado.
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.
La oración como en Laudes.
Vísperas
LECTURA BREVE Flp 2, 12b-15a
Seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros en querer y la actividad para realizar su designio de amor. Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha.
RESPONSORIO BREVE
R/. Yo dije: *Señor, ten misericordia. Yo dije.
V/. Sáname, porque he pecado contra ti. *Señor, ten misericordia. Gloria al Padre. Yo dije.
Magníficat, ant. Como Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres
noches, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
PRECES
Alabemos a Dios todopoderoso y providente, que conoce todas nuestras
necesidades pero quiere ante todo que busquemos su reino;
supliquémosle, pues, diciendo:
Venga a nosotros, Señor, tu reino y su justicia.
Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus pastores
— ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño.
Mueve a los cristianos para que, con amor fraternal, se interesen por los enfermos
— y que socorran en ellos a tu Hijo.
Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el Evangelio,
— y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor.
A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón
— y la reconciliación con tu Iglesia.
A los que murieron, concédeles resucitar a la vida eterna
— y morar eternamente contigo.
Venga a nosotros, Señor, tu reino y su justicia.
Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus pastores
— ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño.
Mueve a los cristianos para que, con amor fraternal, se interesen por los enfermos
— y que socorran en ellos a tu Hijo.
Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el Evangelio,
— y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor.
A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón
— y la reconciliación con tu Iglesia.
A los que murieron, concédeles resucitar a la vida eterna
— y morar eternamente contigo.
Padre nuestro.
Oración
Señor, mira complacido a tu pueblo que desea entregarse a ti con una
vida santa; y a los que dominan su cuerpo con la penitencia transfórmales
interiormente mediante el fruto de la buenas obras. Por nuestro Señor
Jesucristo.
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