DOMINGO
Oración del atardecer
I Vísperas
V/. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Como era (Excepto en Cuaresma: Aleluya).
HIMNO
En Adviento, Cuaresma y Pascua, se dice el himno que se indica al principio de cada uno de los tiempos.
Tiempo Ordinario:
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él;
si con él sufrimos, reinaremos con él.
En él nuestras penas, en él nuestro gozo;
en él la esperanza, en él nuestro amor.
En el toda gracia, en él nuestra paz;
en él nuestra gloria, en él la salvación. Amén.
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él;
si con él sufrimos, reinaremos con él.
En él nuestras penas, en él nuestro gozo;
en él la esperanza, en él nuestro amor.
En el toda gracia, en él nuestra paz;
en él nuestra gloria, en él la salvación. Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Domingo III de Adviento: Alégrate, Jerusalén, porque viene a ti el Salvador. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: «Convertíos y creed en el Evangelio», dice el Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: El Señor se eleva sobre los cielos y levanta del polvo al desvalido. Aleluya.
Tiempo Ordinario: De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Salmo 112
Alabado sea el nombre del Señor
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes (Lc 1, 52)
y enaltece a los humildes (Lc 1, 52)
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Domingo III de Adviento: Ant. Alégrate, Jerusalén, porque viene a ti el Salvador. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. «Convertíos y creed en el Evangelio», dice el Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Señor se eleva sobre los cielos y levanta del polvo al desvalido. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Domingo III de Adviento: Ant. Alégrate, Jerusalén, porque viene a ti el Salvador. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. «Convertíos y creed en el Evangelio», dice el Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Señor se eleva sobre los cielos y levanta del polvo al desvalido. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Antífona 2
Domingo III de Adviento: Yo soy el Señor: mi hora está cerca, mi salvación no tardará.
Domingo III de Cuaresma: Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Rompiste mis cadenas, Señor, te ofreceré un sacrificio de alabanza. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Salmo 115
Acción de gracias en el templo
Por medio de Jesús ofrezcamos
continuamente a Dios un sacrificio
de alabanza (Hb 13, 15).
continuamente a Dios un sacrificio
de alabanza (Hb 13, 15).
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Domingo III de Adviento: Ant. Yo soy el Señor: mi hora está cerca, mi salvación no tardará.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. Rompiste mis cadenas, Señor, te ofreceré un sacrificio de alabanza. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. Rompiste mis cadenas, Señor, te ofreceré un sacrificio de alabanza. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Antífona 3
Domingo III de Adviento: Envía, Señor, al Cordero que dominará la tierra,
desde la peña del desierto al monte de Sión.
Domingo III de Cuaresma: Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente y tengo poder para recuperarla.
Domingo III (y VII) de Pascua: El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer, y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Tiempo Ordinario: El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.
Domingo III de Cuaresma: Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente y tengo poder para recuperarla.
Domingo III (y VII) de Pascua: El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer, y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Tiempo Ordinario: El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.
Cántico
Flp 2, 6-11
Cristo, siervo de Dios, en su misterio pascual
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Domingo III de Adviento: Ant. Envía, Señor, al Cordero que dominará la tierra, desde la peña del desierto al monte de Sión.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente y tengo poder para recuperarla.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer, y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente y tengo poder para recuperarla.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer, y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.
En los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la lectura breve, el responsorio, la antífona para el canto evangélico, las preces y la oración como en el Propio del tiempo.
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Tiempo ordinario:
LECTURA BREVE Hb 13, 20-21
Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os ponga a punto en todo bien, para que cumpláis su voluntad. Él realizará en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
R/. Cuántas son *Tus obras, Señor. Cuantas.
V/. Y todas las hiciste con sabiduría. *Tus obras, Señor. Gloria al Padre. Cuántas.
La antífona para el cántico evangélico como en el Propio del tiempo.
PRECES
Recordando la bondad de Cristo, que se compadeció del pueblo hambriento y
obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle con fe:
Muéstranos, Señor, tu amor.
Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de tu bondad;
— haz que no tornen a ti vacíos, sino que den fruto, con un corazón noble de nuestra parte.
Oh Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan testimonio de ti en el mundo,
— y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu.
Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos,
— y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano.
A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos,
— te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad.
Dígnate agregar los difuntos al número de tus escogidos,
— cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir:
Padre nuestro.
Muéstranos, Señor, tu amor.
Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de tu bondad;
— haz que no tornen a ti vacíos, sino que den fruto, con un corazón noble de nuestra parte.
Oh Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan testimonio de ti en el mundo,
— y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu.
Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos,
— y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano.
A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos,
— te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad.
Dígnate agregar los difuntos al número de tus escogidos,
— cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir:
Padre nuestro.
La oración como en el Propio del tiempo.
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La conclusión de la Hora como en el Ordinario.
Invitatorio
V/. Señor, ábreme los labios.
En los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la antífona para el Invitatorio es la propia de cada tiempo.
Tiempo Ordinario: Ant.: Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.
El salmo invitatorio como en el Ordinario.
Oración de la mañana
Laudes
V/. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Como era (Excepto en Cuaresma: Aleluya).
Esta invocación inicial se omite cuando las empiezan con el Invitatirio.
HIMNO
En Adviento, Cuaresma y Pascua, se dice el himno que se indica al principio de cada uno de los tiempos.
Tiempo Ordinario:
Cristo,
alegría del mundo,
resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana
que anuncia tu esplendor al universo!
En el día primero,
tu resurrección alegraba
el corazón del Padre.
En el día primero,
vio que todas las cosas eran buenas
porque participaban de tu gloria.
La mañana celebra
tu resurrección y se alegra
con claridad de Pascua.
Se levanta la tierra
como un joven discípulo en tu busca,
sabiendo que el sepulcro está vacío.
En la clara mañana,
tu sagrada luz se difunde
como una gracia nueva.
Que nosotros vivamos
como hijos de luz y no pequemos
contra la claridad de tu presencia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
alegría del mundo,
resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana
que anuncia tu esplendor al universo!
En el día primero,
tu resurrección alegraba
el corazón del Padre.
En el día primero,
vio que todas las cosas eran buenas
porque participaban de tu gloria.
La mañana celebra
tu resurrección y se alegra
con claridad de Pascua.
Se levanta la tierra
como un joven discípulo en tu busca,
sabiendo que el sepulcro está vacío.
En la clara mañana,
tu sagrada luz se difunde
como una gracia nueva.
Que nosotros vivamos
como hijos de luz y no pequemos
contra la claridad de tu presencia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Domingo III de Adviento: Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido en las tinieblas y se manifestará a todos los hombres. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros, más que la voz de aguas caudalosas.
Domingo III (y VII) de Pascua: El Señor reina, vestido de majestad. Aleluya. †
Tiempo Ordinario: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92
Gloria del Dios creador
Reina el Señor, nuestro Dios,
dueño de todo, alegrémonos
y gocemos y démosle gracias
(Ap 19, 6.7)
dueño de todo, alegrémonos
y gocemos y démosle gracias
(Ap 19, 6.7)
El Señor reina, vestido de majestad,
† el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
† el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Domingo III de Adviento: Ant. Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido en las tinieblas y se manifestará a todos los hombres. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros, más que la voz de aguas caudalosas.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Señor reina, vestido de majestad. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros, más que la voz de aguas caudalosas.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Señor reina, vestido de majestad. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Antífona 2
Domingo III de Adviento: Los montes y las colinas se abajarán, lo torcido se
enderezará y lo escabroso se igualará; ven, Señor, no tardes. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Domingo III (y VII) de Pascua: La creación se verá liberada, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Domingo III (y VII) de Pascua: La creación se verá liberada, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Toda la creación alabe al Señor
Alabad al Señor, sus siervos
todos. (Ap 19, 5)
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor;
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Al final de este cántico no se dice Gloria al Padre.
Domingo III de Adviento: Ant. Los montes y las colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará; ven, Señor, no tardes. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. La creación se verá liberada, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. La creación se verá liberada, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Antífona 3
Domingo III de Adviento: Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén.
Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: El nombre del Señor es sublime sobre el cielo y la tierra. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya. †
Domingo III de Cuaresma: Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: El nombre del Señor es sublime sobre el cielo y la tierra. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya. †
Salmo 148
Alabanza del Dios creador
Al que se sienta en el trono y
al Cordero la alabanza, el honor,
la gloria y el poder por los siglos
de los siglos (Ap 5, 13).
al Cordero la alabanza, el honor,
la gloria y el poder por los siglos
de los siglos (Ap 5, 13).
Alabad al Señor en el cielo,
† alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes;
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
† alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes;
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Domingo III de Adviento: Ant. Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El nombre del Señor es sublime sobre el cielo y la tierra. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El nombre del Señor es sublime sobre el cielo y la tierra. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
En los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la lectura breve, el responsorio, la antífona para el canto evangélico, las preces y la oración como en el Propio del tiempo.
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Tiempo Ordinario:
LECTURA BREVE Ez 37, 12b-14
Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra
vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que
yo soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra
tierra, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago». Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, *Ten piedad de nosotros. Cristo.
V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre, *Ten piedad de nosotros. Gloria al Padre. Cristo.
La antífona para el cántico evangélico como en el Propio del tiempo
PRECES
Invoquemos a Dios Padre, que, por mediación de su Hijo, envió el Espíritu
Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles,
digámosle:
Ilumina, Señor, a tu pueblo.
Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz,
— y te pedimos que este domingo que ahora comenzamos transcurra todo él consagrado a tu alabanza.
Tú que por la resurrección de tu Hijo, quisiste iluminar el mundo,
— haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
Tú que, por el Espíritu de la verdad, adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
— envía este mismo Espíritu a tu Iglesia, para que permanezca siempre fiel a ti.
Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas
— y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por eso, nos atrevemos a decir:
Ilumina, Señor, a tu pueblo.
Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz,
— y te pedimos que este domingo que ahora comenzamos transcurra todo él consagrado a tu alabanza.
Tú que por la resurrección de tu Hijo, quisiste iluminar el mundo,
— haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
Tú que, por el Espíritu de la verdad, adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
— envía este mismo Espíritu a tu Iglesia, para que permanezca siempre fiel a ti.
Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas
— y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por eso, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro.
La oración como en el Propio del tiempo.
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La conclusión de la Hora como en el Ordinario.
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
V/. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Como era (Excepto en Cuaresma: Aleluya).
HIMNO, como en el Ordinario.
SALMODIA
En los tiempos de Adviento, Navidad y Cuaresma, la antífona como en el Propio del tiempo.
Tiempo Pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo Ordinario Ant. 1. En el peligro grité al Señor, y me escuchó. Aleluya.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.
Tiempo Ordinario:
Ant. En el peligro grité al Señor, y me escuchó. Aleluya.
Ant. 2. La diestra del Señor es excelsa. Aleluya.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«la diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Tiempo Ordinario
Ant. La diestra del Señor es excelsa. Aleluya.
Ant. 3. El Señor es Dios, él nos ilumina. Aleluya.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
— Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
— Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
— Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
— Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor es Dios, él nos ilumina. Aleluya.
Tiempo Pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Para los tiempo de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la lectura breve, el versículo y la oración como en el Propio del Tiempo.
_____________________________________
Salmo 117
Himno de acción de gracias después de la victoria
Jesús es la piedra que desechasteis
vosotros, los arquitectos,
y que se ha convertido en
piedra angular (Hch 4,11)
I
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.
Tiempo Ordinario:
Ant. En el peligro grité al Señor, y me escuchó. Aleluya.
Ant. 2. La diestra del Señor es excelsa. Aleluya.
II
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«la diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Tiempo Ordinario
Ant. La diestra del Señor es excelsa. Aleluya.
Ant. 3. El Señor es Dios, él nos ilumina. Aleluya.
III
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
— Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
— Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
— Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
— Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor es Dios, él nos ilumina. Aleluya.
Tiempo Pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Para los tiempo de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la lectura breve, el versículo y la oración como en el Propio del Tiempo.
_____________________________________
Tiempo Ordinario:
Tercia
LECTURA BREVE Rm 8, 15-16
Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar. «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios.
V/. En ti, Señor, está la fuente viva.
R/. Y tu luz nos hace ver la luz.
Sexta
LECTURA BREVE Rm 8, 22-23
Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que proseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestros cuerpos.
V/. Bendice, alma mía, al Señor.
R/. Él rescata tu vida de la fosa.
Nona
LECTURA BREVE 2Tm 1, 9
Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo.
V/. El Señor los condujo seguros, sin alarmas.
R/. Los hizo entrar por las santas fronteras.
La oración como en el Propio del tiempo.
Tercia
LECTURA BREVE Rm 8, 15-16
Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar. «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios.
V/. En ti, Señor, está la fuente viva.
R/. Y tu luz nos hace ver la luz.
Sexta
LECTURA BREVE Rm 8, 22-23
Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que proseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestros cuerpos.
V/. Bendice, alma mía, al Señor.
R/. Él rescata tu vida de la fosa.
Nona
LECTURA BREVE 2Tm 1, 9
Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo.
V/. El Señor los condujo seguros, sin alarmas.
R/. Los hizo entrar por las santas fronteras.
La oración como en el Propio del tiempo.
_____________________________________
La conclusión de la Hora como en el Ordinario.
Oración del atardecer
II Vísperas
V/. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Como era (Excepto en Cuaresma: Aleluya).
Esta invocación inicial se omite cuando las empiezan con el Invitatirio.
HIMNO
En Adviento, Cuaresma y Pascua, se dice el himno que se indica al principio de cada uno de los tiempos.
Tiempo Ordinario:
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Dios como un almendro
con la flor despierta;
Dios que nunca duerme
busca quien no duerma,
y entre las diez vírgenes
sólo hay cinco en vela.
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Gallos vigilantes
que la noche alertan.
Quien negó tres veces
otras tres confiesa,
y pregona el llanto
lo que el miedo niega.
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Muerto le bajaban
a la tumba nueva.
Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos,
piedra contra piedra.
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Vi los cielos nuevos
y la tierra nueva.
Cristo entre los vivos
y la muerte muerta.
Dios en las criaturas,
¡y eran todas buenas! Amén.
SALMODIA
Domingo III de Adviento: Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en un trono de gloria.
Domingo III de Cuaresma: Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.
Domingo III (y VII) de Pascua: Habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya. †
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
† y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Domingo III de Adviento: Ant. Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en un trono de gloria.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. Habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya. †
Domingo III de Adviento: Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque con poder viene el Señor, luz del mundo.
Domingo III de Cuaresma: Nos rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha.
Domingo III (y VII) de Pascua: El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.
Tiempo Ordinario: El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Domingo III de Adviento: Ant. Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque con poder viene el Señor, luz del mundo.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Nos rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Domingo III de Adviento: Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos, la venida del Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle gracias. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
El cántico siguiente se dice con Aleluya, tal como está aquí, solamente cuando el Oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir Aleluya solo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
(R/. Aleluya.)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R/. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
(R/. Aleluya.)
los que le teméis, pequeños y grandes.
R/. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
(R/. Aleluya.)
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R/. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
(R/. Aleluya.)
su esposa se ha embellecido.
R/. Aleluya, (aleluya).
Domingo III de Adviento: Ant. Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos, la venida del Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle gracias. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
_____________________________________
Domingo III de Cuaresma: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando lo insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados, subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
En los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la lectura breve, el responsorio, la antífona para el canto evangélico, las preces y la oración como en el Propio del tiempo.
dinos, centinela?
Dios como un almendro
con la flor despierta;
Dios que nunca duerme
busca quien no duerma,
y entre las diez vírgenes
sólo hay cinco en vela.
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Gallos vigilantes
que la noche alertan.
Quien negó tres veces
otras tres confiesa,
y pregona el llanto
lo que el miedo niega.
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Muerto le bajaban
a la tumba nueva.
Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos,
piedra contra piedra.
¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Vi los cielos nuevos
y la tierra nueva.
Cristo entre los vivos
y la muerte muerta.
Dios en las criaturas,
¡y eran todas buenas! Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Domingo III de Adviento: Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en un trono de gloria.
Domingo III de Cuaresma: Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.
Domingo III (y VII) de Pascua: Habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya. †
Salmo 109, 1-5. 7
El Mesías, Rey y Sacerdote
Cristo tiene que reinar hasta
que Dios haga de sus enemigos
estrado de sus pies (1Co 15, 25).
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
† y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Domingo III de Adviento: Ant. Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en un trono de gloria.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. Habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya. †
Antífona 2
Domingo III de Adviento: Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque con poder viene el Señor, luz del mundo.
Domingo III de Cuaresma: Nos rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha.
Domingo III (y VII) de Pascua: El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.
Tiempo Ordinario: El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Salmo 110
Grandes son las obras del Señor
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente (Ap 15, 3).
Doy gracias al Señor de todo corazón,Señor, Dios omnipotente (Ap 15, 3).
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Domingo III de Adviento: Ant. Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque con poder viene el Señor, luz del mundo.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Nos rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Antífona 3
Domingo III de Adviento: Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos, la venida del Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle gracias. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Cántico
Cf. Ap 19, 1-2. 5-7
Las bodas del Cordero
El cántico siguiente se dice con Aleluya, tal como está aquí, solamente cuando el Oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir Aleluya solo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
(R/. Aleluya.)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R/. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
(R/. Aleluya.)
los que le teméis, pequeños y grandes.
R/. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
(R/. Aleluya.)
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R/. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
(R/. Aleluya.)
su esposa se ha embellecido.
R/. Aleluya, (aleluya).
Domingo III de Adviento: Ant. Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos, la venida del Señor.
Domingo III (y VII) de Pascua: Ant. Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle gracias. Aleluya.
Tiempo Ordinario: Ant. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
_____________________________________
Domingo III de Cuaresma: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
Cántico
Cf. 1P 2, 21b-24
La pasión voluntaria de Cristo, el siervo de Dios
Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando lo insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados, subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Domingo III de Cuaresma: Ant. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
_____________________________________
En los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, la lectura breve, el responsorio, la antífona para el canto evangélico, las preces y la oración como en el Propio del tiempo.
_____________________________________
Tiempo Ordinario:
LECTURA BREVE 1P 1, 3-5
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios.
RESPONSORIO BREVE
R/. Bendito eres, Señor, *En la bóveda del cielo. Bendito.
V/. Digno de gloria y alabanza por los siglos. *En la bóveda del cielo. Gloria al Padre. Bendito.
La antífona para el cántico evangélico como en el Propio del tiempo.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó al mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor, y digámosle con alegría:
Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.
Te damos gracias, Señor, porque, a través del mundo, nos has revelado tu poder y tu gloria;
— haz que sepamos ver tu providencia en los avatares del mundo.
Tú que, por la victoria de tu Hijo en la cruz, anunciaste la paz al mundo,
— líbranos de toda desesperación y de todo temor.
A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla,
— concédeles que cooperen, con sinceridad y concordia, en la edificación de un mundo mejor.
Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a los hambrientos, fortalece a los débiles,
— para que en todo se manifieste el triunfo de la cruz.
Tú, que al tercer día, resucitaste gloriosamente a tu Hijo del sepulcro,
— haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida.
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Señor nos enseñó:
Padre nuestro.
La oración como en el Propio del tiempo.
LECTURA BREVE 1P 1, 3-5
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios.
RESPONSORIO BREVE
R/. Bendito eres, Señor, *En la bóveda del cielo. Bendito.
V/. Digno de gloria y alabanza por los siglos. *En la bóveda del cielo. Gloria al Padre. Bendito.
La antífona para el cántico evangélico como en el Propio del tiempo.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó al mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor, y digámosle con alegría:
Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.
Te damos gracias, Señor, porque, a través del mundo, nos has revelado tu poder y tu gloria;
— haz que sepamos ver tu providencia en los avatares del mundo.
Tú que, por la victoria de tu Hijo en la cruz, anunciaste la paz al mundo,
— líbranos de toda desesperación y de todo temor.
A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla,
— concédeles que cooperen, con sinceridad y concordia, en la edificación de un mundo mejor.
Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a los hambrientos, fortalece a los débiles,
— para que en todo se manifieste el triunfo de la cruz.
Tú, que al tercer día, resucitaste gloriosamente a tu Hijo del sepulcro,
— haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida.
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Señor nos enseñó:
Padre nuestro.
La oración como en el Propio del tiempo.
_____________________________________
La conclusión de la Hora como en el Ordinario.
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