Diurnal - Día VI dentro de la Octava de Navidad

Tiempo de Navidad

30 de diciembre
DÍA VI DENTRO DE LA OCTAVA DE NAVIDAD

Si no cae ningún domingo dentro de la Octava de Navidad, se celebra hoy la fiesta de la Sagrada Familia, omitiéndose las I Vísperas.

Invitatorio

Ant. A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

HIMNO

Decid a la noche clara
tome en sus manos el arpa,
y salmos de David cante,
cante con la Virgen santa.

Ángeles del cielo vienen,
de la luz son las bellas alas,
y un canto divino traen
para estas nupcias sagradas.

Y, al amanecer, las aves
y el alba que se levanta,
con silbos del universo
cantadle vuestra alabanza.

Del Padre eterno nacido,
nace en carne la Palabra,
con nosotros vida y muerte,
y una muerte ensangrentada.

Al Hijo de Dios cantemos,
¡ay, gracia desenfrenada!,
ni los cielos sospecharon
que el mismo Dios se encarnara.

¡Oh gracia para adorar,
que nunca cupo más alta!
Tú, para hacernos divinos,
humano a nosotros bajas.

Cantad, criaturas todas,
que todas estáis salvadas,
y con la boca quedaos
al Padre diciendo: «¡Gracias!» Amén.

Las antífonas, los salmos y el cántico como en Laudes de la Natividad del Señor.

LECTURA BREVE                   Is 9, 5

Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz.

RESPONSORIO BREVE

R/. El Señor ha revelado, Aleluya, aleluya. El Señor.
V/. Su salvación. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Señor.

Benedictus, ant. Al nacer el Señor, los ángeles cantaban, diciendo: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero».

PRECES

Oremos a Cristo, el Señor, en quien el Padre ha querido recapitular todas las cosas, y digámosle:

Hijo amado de Dios, escucha nuestra oración.

Hijo de Dios, que en el principio estabas junto al Padre y, en el momento culminante de la historia, has querido nacer como hombre,
— haz que todos nos amemos como hermanos.

Tú que te has hecho pobre para que, con tu pobreza, nosotros nos hagamos ricos y te despojaste de tu rango para que, con tu humillación, nosotros resucitáramos y llegáramos a participar de tu gloria,
— haz que seamos anunciadores fieles de tu Evangelio.

Tú que nos has iluminado cuando vivíamos aún en tinieblas y en sombra de muerte,
— concédenos también la santidad, la justicia y la paz.

Otórganos un corazón recto y sincero que atienda siempre a tu palabra,
— y lleva a plenitud en nosotros y en todos los hombres tu plan de salvación. 

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso, por este nuevo nacimiento de tu Hijo en nuestra carne, líbranos del yugo con que nos domina la antigua servidumbre del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Los salmos, de la feria correspondiente.

Tercia

Ant. José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía de él.

LECTURA BREVE           Dt 4, 7

¿Hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos?

V/. El Señor se acordó de su misericordia. Aleluya.
R/. Y de su fidelidad en favor de la casa de Israel. Aleluya.

Sexta

Ant. María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

LECTURA BREVE                 Is 12, 5-6

Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel».

V/. Los confines de la tierra han contemplado. Aleluya.
R/. La salvación de nuestro Dios. Aleluya.

Nona

Ant. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

LECTURA BREVE                      Cf. Tb 14,6-7

Todas las naciones de la tierra se convertirán y temerán a Dios sinceramente; arrojarán los ídolos y bendecirán como es justo al Dios de los siglos. Todos los israelitas que se salven aquellos días, acordándose sinceramente de Dios, se reunirán e irán a Jerusalén. Los que aman sinceramente al Señor se alegrarán.

V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran. Aleluya.
R/. La justicia y la paz se besan. Aleluya.

La oración como en Laudes.

Vísperas

HIMNO

Sobre la noche reina
la luz de tu esplendor;
en medio del silencio,
el eco de tu voz.

Huyó de nuestra carne
la densa oscuridad;
florece la luz nueva
de tu inmortalidad.

Nos ha nacido un niño,
un hijo se nos dio;
hoy brilla la esperanza
de nuestra salvación. Amén.

Las antífonas, los salmos y el cántico como en las II Vísperas de la Natividad del Señor.

LECTURA BREVE               Cf 2P 1,3-4

Cristo, por su divino poder, nos ha concedido todo lo que conduce a la vida y a la piedad, dándonos a conocer al que nos ha llamado con su propia gloria y potencia. Con eso nos ha dado los inapreciables y extraordinarios bienes prometidos, con los cuales podéis escapar de la corrupción que reina en el mundo por la ambición, y participar del mismo ser de Dios.
RESPONSORIO BREVE

R/. La Palabra se hizo carne. * Aleluya, aleluya. La Palabra.
V/. Y acampó entre nosotros. Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. La Palabra.

Magníficat, ant. Te glorificamos, santa Madre de Dios, porque de ti ha nacido Cristo; oh María, salva a todos los que te enaltecen.

PRECES

Aclamemos a Cristo, el jefe salido de Belén, tierra de Judá, para ser el pastor del pueblo de Israel, y digámosle:

Que tu gracia, Señor, nos acompañe siempre.

Cristo salvador, deseado de todos los pueblos, haz que tu Evangelio llegue a aquellos que aún no han oído la palabra de vida
— y atrae a ti a todos los hombres.

Cristo Señor, haz que tu Iglesia se dilate por el mundo y arraigue en los pueblos,
— para que en ella se congreguen los hombres de toda lengua y nación.

Rey de reyes, dirige la mente y la voluntad de los que gobiernan,
— para que procuren la justicia y trabajen por la libertad y la paz de las naciones.

Señor todopoderoso, que eres la fortaleza de los frágiles, ayuda a los que están tentados, levanta a los decaídos, protege a los que están en peligro,
— consuela a los que se sienten decepcionados o desesperados, robustece la confianza de los perseguidos.

Tú que eres el consuelo de los tristes, conforta a los agonizantes
— y llévalos a los goces de tu paraíso. 

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso, por este nuevo nacimiento de tu Hijo en nuestra carne, líbranos del yugo con que nos domina la antigua servidumbre del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.

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