Leccionario II - Lunes de la I semana de Adviento

TIEMPO DE ADVIENTO

LUNES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO


En el año A, para no repetir la primera lectura que se ha leído el primer Domingo (Is 2, 1-5), se puede emplear la que se propone como opcional (Is 4, 2-6).

PRIMERA LECTURA
Is 2, 1-5
El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios

Lectura del libro de Isaías.

VISIÓN de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme
     el monte de la casa del Señor,
     en la cumbre de las montañas,
     más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones,
     caminarán pueblos numerosos y dirán:
     «Venid, subamos al monte del Señor,
     a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
     y marcharemos por sus sendas;
     porque de Sión saldrá la ley,
     la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
     será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
     de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
     no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid;
     caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA (opcional para el año A)
Is 4, 2-6
Será ornamento para los redimidos

Lectura del libro de Isaías.

AQUEL día, el vástago del Señor será el esplendor y la gloria, y el fruto del país será orgullo y ornamento para los redimidos de Israel.
A los que queden en Sion y al resto de Jerusalén
     los llamarán santos: todos los que en Jerusalén están inscritos para la vida.
Cuando el Señor haya lavado la impureza de las hijas de Sion
     y purificado la sangre derramada en Jerusalén,
     con viento justiciero, con un soplo ardiente,
     creará el Señor sobre toda la extensión del monte Sion y sobre su asamblea
     una nube de día, un humo y un resplandor de fuego llameante de noche.
Y por encimo, la glora será un baldaquino
     y una tienda, sombra en la canícula,
     refugio y abrigo de la tempestad y de la lluvia.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial (forma larga)
Sal 121, 1bc-2. 3-4b. 4d-5. 6-7. 8-9 (R/.: cf. 1)
R/.   Vamos alegres a la casa del Señor.

        V/.   ¡Qué alegría cuando me dijeron:
                «Vamos a la casa del Señor»!
                Ya están pisando nuestros pies
                tus umbrales, Jerusalén.   R/.

        V/.   Jerusalén está fundada
                como ciudad bien compacta.
                Allá suben las tribus,
                las tribus del Señor.   R/.

        V/.   Según la costumbre de Israel,
                a celebrar el nombre del Señor;
                en ella están los tribunales de justicia,
                en el palacio de David.   R/.

        V/.   Desead la paz a Jerusalén:
                «Vivan seguros los que te aman,
                haya paz dentro de tus muros,
                seguridad en tus palacios».   R/.

        V/.   Por mis hermanos y compañeros,
                voy a decir: «La paz contigo».
                Por la casa del Señor, nuestro Dios,
                te deseo todo bien.   R/.


Salmo responsorial (forma breve)
Sal 121, 1bc-2. 3-4b. 8-9 (R/.: cf. 1)
R/.   Vamos alegres a la casa del Señor.

        V/.   ¡Qué alegría cuando me dijeron:
                «Vamos a la casa del Señor»!
                Ya están pisando nuestros pies
                tus umbrales, Jerusalén.   R/.

        V/.   Jerusalén está fundada
                como ciudad bien compacta.
                Allá suben las tribus,
                las tribus del Señor.   R/.

        V/.   Por mis hermanos y compañeros,
                voy a decir: «La paz contigo».
                Por la casa del Señor, nuestro Dios,
                te deseo todo bien.   R/.


Aleluya
Cf. Sal 79, 4
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.  Ven a librarnos, Señor, Dios nuestro;
       que brille tu rostro y nos salve.   R/.

En lugar del versículo antes del Evangelio propuesto para cada feria de Adviento hasta el día 16 de diciembre se puede escoger alguno de los siguientes.

EVANGELIO
Mt 8, 5-11
Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
    «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
    «Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
    «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
    «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.


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