Archidiócesis de Pamplona y Tudela - San Saturnino, obispo y mártir

29 de noviembre
San Saturnino, obispo y mártir
Patrono de la Ciudad de Pamplona
Fiesta


(En Pamplona: solemnidad)

San Saturnino llamado también san Cernín, de nombre provenzal, es venerado desde antiguo como el apóstol de los vascones, y Patrono principal de la ciudad de Pamplona. La tradición lo presenta bautizando a san Fermín y a los primeros cristianos pamploneses. Fue obispo de Tolosa de Francia y allí dio testimonio de Cristo con su sangre en el siglo tercero. En él se cumplieron las palabras proféticas que tuvieron su plenitud en Cristo:

Antífona de entrada          Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque Él me ha ungido.
Me ha enviado para dar
la Buena Noticia a los pobres,
para vendar los corazones desgarrados.

Oración colecta
Señor Dios nuestro, que nos llamaste
desde las tinieblas del paganismo
a la admirable luz del Evangelio
gracias a la predicación
del obispo san Saturnino, tu mártir:
Concédenos por su intercesión
que crezcamos en gracia y en conocimiento
de nuestro Señor Jesucristo.
Que vive y reina.

O bien, en la ciudad de Pamplona:

Señor Jesucristo, luz verdadera del mundo,
que por la predicación de san Saturnino,
mártir y obispo,
visitaste esta esclarecida ciudad de Pamplona,
y la hermoseaste con los rayos luminosos de la fe:
Concede a tus hijos el mérito de confesar
con fortaleza esa misma fe
y la gracia de llegar felizmente a la fuente
de tu luz inagotable.
Tú que vives y reinas.


Primera lectura

El Señor me ha ungido y me ha enviado
a evangelizar a los pobres

Lectura del libro de Isaías 61, 1-3a

     El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
     Me ha enviado para dar
la Buena Noticia a los que sufren,
para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros la libertad,
para proclamar el año de gracia del Señor,
el día del desquite de nuestro Dios,
para consolar a los afligidos,
los afligidos de Sión.

     Palabra de Dios.


Salmo responsorial          Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R/.: 5)

R/. Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:
El Señor ha estado grande con ellos.
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte, 
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas. R/.


Segunda lectura

Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio,
sino hasta nuestras propias personas

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8

     Hermanos:

     Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición.
     Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones. Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo.
     No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos.
     Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.

     Palabra de Dios.


Aleluya          Mt 28, 19a, 20b

Id y haced discípulos
de todos los pueblos
-dice el Señor-;
yo estoy con vosotros
todos los días,
hasta el fin del mundo.


Evangelio

Si el grano de trigo muere, da mucho fruto

Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 24-26

     En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
     -«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará».

     Palabra del Señor.


Oración de los fieles

Manifestemos nuestra confianza en el poder y amor de Dios, nuestro Padre, que nos ha llamado a la salvación, y nos concede celebrar el comienzo de nuestra fe en esta fiesta de san Saturnino.
  • Para que a los sacerdotes y religiosos de nuestra Diócesis les anime siempre una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solicita. Roguemos al Señor.
  • Para que los esfuerzos de nuestros gobernantes por hallar el camino de la justicia, de la verdad y de la paz sean iluminados con la luz y la fortaleza del Evangelio. Roguemos al Señor.
  • Para que todos aquellos que sufren la soledad, enfermedad o pobreza encuentren siempre a su lado un cristiano que les comprenda y les ayude con eficacia en la superación de su mal. Roguemos al Señor.
  • Para que los que nos llamados y tratamos de ser cristianos sepamos construir con espíritu de justicia y colaboración leal el porvenir de nuestra ciudad (de nuestro pueblo). Roguemos al Señor.
Oh Dios, que nos has elegido para hacer presente tu amor en el mundo: Danos la fuerza de la fe para que conozcamos bien lo que demos hacer y tengamos decisión suficiente para realizarlo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.


Oración sobre las ofrendas
Señor, Dios, que has creado
y nos has dado los dones que te ofrecemos;
infunde en nosotros la gracia
de este sacrificio, que encumbró a san Saturnino
a la gloria del martirio;
que ella nos lleve a la santidad plena.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio
El ministerio del apóstol


V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno.

Tú, Pastor supremo, no abandonas a tus hijos,
san Saturnino los hizo nacer a tu vida,
les alimentó con la palabra que engendra salvación,
y confirmó con el testimonio de su martirio.

Ahora, con tu poder, nos sigues protegiendo,
para que, santificados en la verdad
y fortalecidos en la unidad,
podamos recibir de ti la plenitud de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro.

Por él los ángeles y los arcángeles,
y todos los coros celestiales,
celebran tu gloria
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de comunión           Jn 10, 10
Yo he venido para que tengan vida
y la tengan abundante, dice el Señor.

Oración después de la comunión
Mira, Señor, a esta familia que san Saturnino engendró
con la palabra de verdad y alimentó
con el sacramento de la carne de Cristo:
Ya que tu gracia nos dio la fe por su predicación,
que esta Eucaristía nos perfeccione en un amor generoso.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición solemne

El Dios, gloria y felicidad de los santos,
que nos ha concedido celebrar hoy esta solemnidad
de san Saturnino os otorgue sus bendiciones eternas.
R/. Amén.

Que por intercesión de san Santurnino
os veáis libres de todo mal,
y, alentados por el ejemplo de su vida,
perseveréis constantes
en el servicio de Dios y de los hermanos.
R/. Amén.

Y que Dios os conceda reuniros con los santos
en la felicidad del reino,
donde la Iglesia contempla con gozo a sus hijos
entre los moradores de la Jerusalén celeste.
R/. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo,  y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R/. Amén.

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