Misal Romano - Por los esposos: en la celebración del matrimonio

Misas Rituales

IV. POR LOS ESPOSOS

I. EN LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO

Esta misa se dice siempre que el matrimonio tenga lugar dentro de la celebración eucarística, con vestiduras blancas. Si el matrimonio se celebra en domingo o en alguna solemnidad, se dice la misa del día, pero sin omitir la bendición sobre la esposa y el esposo, ni la bendición final propia, si se juzga oportuno.

La liturgia de la palabra en la celebración del matrimonio tiene un gran valor para la catequesis sobre el sacramento y sobre los deberes de los cónyuges; por tanto, cuando se prohíbe la misa «Por los esposos», una de las lecturas puede tomarse de los textos previstos para la celebración del matrimonio, excepto en el Triduo Pascual, en las solemnidades de Navidad, de la Epifanía, de la Ascensión, de Pentecostés, del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo y en otras solemnidades de precepto. En los domingo del tiempo de Navidad en los del tiempo ordinario, si la comunidad parroquial participa en la misa, pude emplearse también la misa «Por los esposos».

Si el matrimonio se celebra en el tiempo de Adviento, en el de Cuaresma o en cualquier otro día de carácter penitencial, el párroco deberá exhortar a los esposos a que observe el espíritu propio de estos tiempos litúrgicos.

A

Antífona de entrada          Sal 19, 3. 5
Que el Señor os envíe auxilio desde el santuario, que os apoye desde el monte Sión; que cumpla el deseo de vuestro corazón, que dé éxito a todos vuestros planes.

Oración colecta
Oh Dios, que has consagrado la alianza de bodas
por el sacramento que significa
la unión de Cristo con la Iglesia,
concede a estos hijos tuyos
dar a su vida de esposos
el sentido que ahora descubren en la fe.
Por nuestro Señor Jesucristo.

O bien:

Señor Dios nuestro,
que al crear el género humano
estableciste la unión entre el hombre y la mujer;
une en la fidelidad del amor
a estos hijos tuyos que celebran su boda,
para que, amándose sin egoísmo,
den testimonio de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas
Recibe en tu bondad, Señor,
los dones que te presentamos con alegría,
y guarda con amor de padre
a quienes has unido en alianza sacramental.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio
LA DIGNIDAD DE LA ALIANZA NUPCIAL

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Que con el yugo suave del amor
y el vínculo indisoluble de la unidad,
hiciste más fuerte la alianza nupcial,
para que aumenten los hijos de tu adopción
por la honesta fecundidad de los esposos.

Tu providencia, Señor, y tu amor
lo dispuso así de modo tan admirable,
que el nacer llena la tierra
y el renacer aumenta tu Iglesia,
por Cristo, nuestro Señor.

Por eso,
con los ángeles y los santos,
cantemos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Cuando se utiliza el Canon romano, se dice Acepta, Señor, en tu bondad propio, del que pueden omitirse las palabras entre corchetes, si se juzga oportuno.

Acepta, Señor, en tu bondad,
esta ofrenda de tus siervos,
de los nuevos esposos N. y N.,
y de toda tu familia santa,
que hoy intercede por ellos;
y ya que les has concedido
llegar al día de los desposorios,
otórgales también
[el gozo de una ansiada descendencia
y de] una larga vida.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]

Cuando se utiliza otra plegaria eucarística, se hace la mención de los nuevos esposos con los siguientes formularios:

a) En las intercesiones de la plegaria eucarística II:

...llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate de tus hijos N. y N.,
que en Cristo hoy han fundado una nueva familia,
iglesia doméstica y sacramento de tu amor,
y concédeles que la gracia de este día
se prolongue a los largo de tuda su vida.

Acuérdate también de nuestros hermanos...

b) En las intercesiones de la plegaria eucarística III:

...y a todo el pueblo redimido por ti.

Ayuda a tus hijos N. y N.,
que en Cristo hoy han fundado una nueva familia,
iglesia doméstica y sacramento de amor,
y concédeles que la gracia de este día
se prolongue a lo largo de toda su vida.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia...

c) En las intercesiones de la plegaria eucarística IV, la mención de los nuevos esposos se intercala de esta manera:

...de los oferentes y de los aquí reunidos,
de tus hijos N. y N.,
que en Cristo hoy han fundado una nueva familia,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan con sincero corazón.

Oración por la esposa y el esposo

Después del Padre nuestro se omite el Líbranos, Señor, y el sacerdote, vuelto hacia los contrayentes, con las manos juntas, dice la bendición que sigue.
En el invitatorio pueden omitirse, si alguno de los esposos no va a comulgar, las palabras que van entre corchetes.
En la oración Oh Dios, que con tu poder, pueden omitirse, si se juzga oportuno, dos de las tres párrafos que empiezan: Oh Dios, que con tu poder...; O Dios, que al consagrar la unión...; Oh Dios, que unes la mujer al varón...; conservando el que mejor corresponda a las lecturas de la misa.
Cuando las circunstancias lo aconsejen, por ejemplo, si los esposos son de edad avanzada, pueden omitirse las palabras que van entre corchetes en el último párrafo de la oración.

El sacerdote, de pie, con las manos juntas, dice:

Hermanos: Roguemos al Señor que derrame su bendición sobre esta hija suya, en la que el sacramento del matrimonio alcanza particular significación; porque ella es la tierra fecunda, la imagen de la Iglesia unida a Cristo, pidamos que estos dos hermanos nuestros, unidos en santa alianza [por el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo], perseveren en el amor.

Todos oran en silencio durante unos instantes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

* Oh Dios, que con tu poder creaste todo de la nada,
y, desde el comienzo de la creación,
hiciste al hombre a tu imagen
y le diste la ayuda inseparable de la mujer;
de modo que ya no fuesen dos, sino una sola carne,
enseñándonos que nunca será lícito separar
lo que quisiste fuera una sola cosa.

* Oh Dios, que consagraste la alianza matrimonial
con un gran Misterio
y has querido prefigurar en el Matrimonio
la unión de Cristo con la Iglesia.

* Oh Dios, que unes la mujer al varón
y otorgas a esta unión,
establecida desde el principio,
la única bendición
que no fue abolida
ni por la pena del pecado original,
ni por el castigo del diluvio.

Mira con bondad a tu hija N.,
que, unida en matrimonio,
pide tu protección.
Abunde en ella el amor y la paz,
y siga siempre los ejemplos de las santas mujeres,
cuyas alabanzas canta la Escritura.

Confíe en ella el corazón de N., su esposo, 
y, teniéndola por digna compañera 
y coheredera de la gracia de la vida, 
la respete y la ame siempre 
como Cristo ama a su Iglesia. 

Y ahora, Señor, te suplicamos 
por estos hijos tuyos: 
que permanezcan en la fe 
y amen tus preceptos; 
que, unidos en matrimonio, 
sean ejemplo por la integridad de sus costumbres; 
y, fortalecidos con el poder del Evangelio, 
manifiesten a todos el testimonio de Cristo. 

[que su unión sea fecunda, 
sean padres de probada virtud, 
vean ambos los hijos de sus hijos]
y, después de una feliz ancianidad, 
lleguen a la vida de los bienaventurados en el reino celestial. 
Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

La misa prosigue como de costumbre.

Antífona de comunión          Cf. Ef 5, 25. 27
Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para colocarla ante si esposa santa e inmaculada.

Oración después de la comunión
Por medio de este sacrificio, Señor,
guarda con tu providencia
y haz vivir en un mismo amor
a quienes has unido en santo matrimonio
[y alimentado con un mismo pan y un mismo cáliz].
Por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición solemne

Dios, Padre eterno, os conserve en el amor,
para que la paz de cristo habite en vosotros
y permanezca siempre en vuestro hogar.
R/. Amén.

Que seáis bendecidos en los hijos,
encontréis consuelo en los amigos
y tengáis verdadera paz con todos.
R/. Amén.

Que Dios os haga testimonio de su amor en el mundo,
que los pobres y afligidos os encuentren bondadosos,
y os reciban alegres un día
en el reino eterno de Dios.
R/. Amén.

Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R/. Amén.


B

Antífona de entrada          Sal 89, 14. 17
Por la mañana sácianos, Señor, de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Baje a nosotros tu bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos.

Oración colecta
Escucha nuestras súplicas, Señor,
derrama tu gracia sobre estos hijos tuyos,
que se unen en tu presencia,
y hazlos fuertes en el amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, el sacrificio que te ofrecemos
por estos que hoy se unen en santo matrimonio,
y, ya que los has bendecido,
guárdalos en tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio
EL GRAN MISTERIO DEL MATRIMONIO

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque estableciste la nueva alianza con tu pueblo,
para hacer participes de la naturaleza divina
y coherederos de tu gloria
a los redimidos por la muerte
y resurrección de Jesucristo.
Toda esta graciosa liberalidad
la has significado en la unión del hombre y la mujer,
para que el sacramento que celebramos
nos recuerde tu amor inefable.

Por eso,
con los ángeles y los santos,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Intercesiones propias, como en la misa A.

Oración por la esposa y el esposo

Después del Padre nuestro se omite el Líbranos, Señor, y el sacerdote, vuelto hacia los contrayentes, con las manos juntas, dice la bendición que sigue.
En el invitatorio pueden omitirse, si alguno de los esposos no va a comulgar, las palabras que van entre corchetes.
En la oración Padre santo, que has creado, puede omitirse, si se juzga oportuno, uno de los dos párrafos que empiezan: Padre santo, que has creado...; Padre santo, que para revelar tus designios...; conservando el que mejor corresponda a las lecturas de la misa.

El sacerdote, de pie, con las manos juntas, dice:

Pidamos por estos esposos que han contraído matrimonio [y van a participar del Cuerpo y Sangre de Cristo], para que vivan siempre en mutuo amor.

Todos oran en silencio durante unos instantes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

* Padre santo, que has creado al hombre y la mujer
para que, siendo los dos una sola carne
y un solo corazón,
sean imagen tuya
y realicen su misión en el mundo.

* Padre santo,
que para revelar tus designios
quisiste que el amor del hombre y la mjer
fuera signo de la alianza
que estableciste con tu pueblo,
y que la unión de los esposos
en el sacramento del matrimonio
manifestara las bodas de Cristo con la Iglesia;
extiende tu mano protectora
sobre estos hijos tuyos N. y N.

Que a los largo de su nueva vida en com´n,
santificada por este sacramento,
se comuniquen los dones de tu amor;
y que, siendo el uno para el otro signo de tu presencia,
sean en verdad un solo corazón y un solo espíritu.

Concédeles, Señor,
mantener con su trabajo la vida de su hogar,
y educar a sus hijos según el Evangelio,
para que formen parte de tu familia santa.

Colma de bendiciones a tu hija N.,
para que pueda cumplir sus deberes de esposa y madre,
y sea el alma y la alegría del hogar.

Bendice también a tu hijo N.,
para que cumpla su misión de esposo fiel
y padre solícito.

Concede, Padre santo,
a quienes se han unido a ti
[y desean acercarse a tu mesa]
participar un día en la alegría del banquete eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

La misa prosigue como de costumbre.

Antífona de comunión         Jn 13, 34
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado -dice el Señor.

Oración después de la comunión
Después de participar en tu mesa, Señor,
te pedimos por N. y N.,
que hoy se han unido en santo matrimonio,
para que te sean siempre fieles
y sean testigos de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición solemne

Dios, Padre todopoderoso, os conceda su gozo
y os bendiga en los hijos.
R/. Amén.

El Unigénito Hijo de Dios os asita
en las alegrías y en las tristezas.
R/. Amén.

El Espíritu Santo
alimente vuestras vidas con su amor.
R/. Amén.

Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo  y Espíritu Santo.
R/. Amén.


C

Antífona de entrada          Sal 144, 2-3
Día tras día te bendeciré, Señor, y alabaré tu nombre por siempre jamás, porque eres bueno con todos, eres cariñoso con todas tus criaturas.

Oración colecta
Dios todopoderoso, a estos hijos tuyos,
que van a unirse por el sacramento del matrimonio,
concédeles crecer en la fe
y, con su descendencia, acrecentar la Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas
Escucha nuestras súplicas, Señor,
y recibe estas ofrendas
que te presentamos por estos hijos tuyos,
unidos en alianza santa,
para que su amor se fortalezca con el tuyo
en esta celebración.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio
EL MATRIMONIO SIGNO DEL AMOR DIVINO

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque al hombre, creado por tu bondad,
lo dignificaste tanto,
que has dejado la imagen de tu propio amor
en la unión del varón y de la mujer.
Y al que creaste por amor
y al amor llamas,
le concedes participar en tu amor eterno.
Y así, el sacramento de estos desposorios,
signo de tu caridad,
consagra el amor humano,
por Cristo, Señor nuestro.

Por eso,
con los ángeles y los santos
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Intercesiones propias, como en la misa A.

Oración por la esposa y el esposo

Después del Padre nuestro se omite el Líbranos, Señor, y el sacerdote, vuelto hacia los contrayentes, con las manos juntas, dice la bendición que sigue.

Invoquemos, hermanos, sobre estos esposos la bendición de Dios, para que proteja con su auxilio a quienes ha unido en el sacramento del matrimonio.

Todos oran en silencio durante unos instantes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

Padre santo, autor del universo,
que creaste al hombre y la mujer a tu imagen,
y has bendecido la unión matrimonial.
Te regamos por esta esposa
que hoy se une a su marido en alianza de bodas.
Descienda, Señor, sobre ella
y sobre el compañero de su vida
tu abundante bendición,
para que en el gozo de su mutua entrega
se vean rodeados de hijos,
riqueza de la Iglesia.
Que en la alegría te alaben, Señor,
y en la tristeza te busquen;
en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda
y en la necesidad sientan cercano tu consuelo;
que participen en la oración de tu Iglesia,
y de testimonio de ti entre los hombres;
y después de una feliz ancianidad
lleguen al reino de los cielos con estos amigos,
que hoy les acompañan.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

La misa prosigue como de costumbre.

Antífona de comunión          Sal 33, 1. 9
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Dios todopoderoso,
que aumente en estos hijos tuyos
la gracia del sacramento recibido;
y los frutos de esta celebración
lleguen a todos nosotros.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición solemne

Nuestro Señor Jesucristo,
que santificó con su presencia en las bodas de Caná,
os conceda a vosotros,
y a vuestros familiares y amigos,
su bendición.
R/. Amén.

Nuestro Señor Jesucristo
que amó a su Iglesia hasta el extremo,
os conceda amaros el uno al otro de la misma manera.
R/. Amén.

Nuestro Señor Jesucristo
os conceda ser testigos de su resurrección en el mundo
y esperar con alegría su venida gloriosa.
R/. Amén.

Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo  y Espíritu Santo.
R/. Amén.

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