Diurnal - Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

Propio de los Santos
Octubre

15 de octubre
SANTA TERESA DE JESÚS, 
VIRGEN Y DOCTORA DE LA IGLESIA 
Fiesta

(1515-1582). Reformadora de la vida carmelita (en vida fundó quince nuevos Carmelos) y gran escritora espiritual.

Del Común de vírgenes, excepto lo siguiente:

Laudes 

HIMNO 

Vuestra soy, para vos nací: 
¿Qué mandáis hacer de mí? 

Soberana Majestad, 
eterna Sabiduría, 
Bondad buena al alma mía; 
Dios, Alteza, un Ser, Bondad: 
La gran vileza mirad, 
que hoy os canta amor así: 
¿Qué mandáis hacer de mí? 

Vuestra soy, pues me criasteis; 
vuestra, pues me redimisteis; 
vuestra, pues que me sufristeis; 
vuestra, pues que me llamasteis; 
vuestra, porque me esperasteis; 
vuestra, pues no me perdí; 
¿Qué mandáis hacer de mí? 

Veis aquí mi corazón, 
yo le pongo en vuestra palma: 
mi cuerpo, mi vida y alma, 
mis entrañas y afición. 
Dulce Esposo y Redención, 
pues por vuestra me ofrecí: 
¿Qué mandáis hacer de mí? 

Dadme muerte, dadme vida, 
dad salud o enfermedad, 
honra o deshonra me dad, 
dadme guerra o paz crecida, 
flaqueza o fuerza cumplida, 
que a todo digo que sí: 
¿Qué queréis hacer de mí? 

Dadme riqueza o pobreza, 
dad consuelo o desconsuelo, 
dadme alegría o tristeza, 
dadme infierno o dadme cielo, 
vida dulce, sol sin velo, 
pues del todo me rendí: 
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que esté holgando, 
quiero por amor holgar; 
si me mandáis trabajar, 
morir quiero trabajando: 
decid dónde, cómo, cuándo, 
decid, dulce Amor, decid: 
¿Qué mandáis hacer de mí? 

Gloria al Padre, gloria al Hijo, 
gloria al Espíritu Santo 
por los siglos de los siglos. Amén. 

Ant. 1. Se sació en ti el alma de tu esposa y se alegró de las cosas que le dijeron.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I

Ant. 2. Cantadle por el éxito de su trabajo; que sus obras la alaben en la plaza. 

Ant. 3. Ésta es la virgen sensata, una del número de las prudentes. 

LECTURA BREVE                    Sb 7,7-8

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza.

RESPONSORIO BREVE 

R/. Oigo en mi corazón: * Buscad mi rostro. Oigo. 
V/. Tu rostro buscaré, Señor. * Buscad mi rostro. Gloria al Padre. Oigo. 

Benedictus, ant. Esta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial. 

Oración 

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Las antífonas y los salmos, de la feria correspondiente. La lectura breve, del Común de vírgenes; la oración como en Laudes. 

Vísperas

HIMNO

Vivo sin vivir en mí, 
y, tan alta vida espero, 
que muero porque no muero. 

Vivo ya fuera de mí, 
después que muero de amor, 
porque vivo en el Señor, 
que me quiso para sí. 
Cuando el corazón le di, 
puso en él este letrero: 
«Que muero porque no muero.» 

Esta divina prisión 
del amor en que yo vivo 
ha hecho a Dios mi cautivo, 
y libre mi corazón. 
Y causa en mí tal pasión 
ver a Dios mi prisionero, 
que muero porque no muero. 

¡Ay, qué larga es esta vida!, 
¡qué duros estos destierros!, 
¡esta cárcel, estos hierros, 
en que el alma está metida! 
Sólo esperar la salida 
me causa un dolor tan fiero, 
que muero porque no muero. 

Mira que el amor es fuerte; 
vida, no me seas molesta; 
mira que sólo te resta, 
para ganarte, perderte. 
Venga ya la dulce muerte, 
venga el morir muy ligero, 
que muero porque no muero. 

Aquella vida de arriba, 
que es la vida verdadera, 
hasta que esta vida muera, 
no se goza estando viva. 
Muerte, no me seas esquiva; 
viva muriendo primero, 
que muero porque no muero. 

Vida, ¿qué puedo yo darle 
a mi Dios que vive en mí, 
si no es perderte a ti, 
para mejor a Él gozarle? 
Quiero muriendo alcanzarle, 
pues a Él solo es al que quiero: 
Que muero porque no muero. 

Gloria al Padre, gloria al Hijo, 
gloria al Espíritu Santo 
por los siglos de los siglos. Amén. 

SALMODIA 

Ant. 1. Muchachas de Jerusalén, decid a mi amado que estoy enferma de amor. 

Salmo 121 

¡Qué alegría cuando me dijeron: 
«Vamos a la casa del Señor»! 
Ya están pisando nuestros pies 
tus umbrales, Jerusalén. 

Jerusalén está fundada 
como ciudad bien compacta. 
Allá suben las tribus, 
las tribus del Señor, 

según la costumbre de Israel, 
a celebrar el nombre del Señor; 
en ella están los tribunales de justicia, 
en el palacio de David. 

Desead la paz a Jerusalén: 
«Vivan seguros los que te aman, 
haya paz dentro de tus muros, 
seguridad en tus palacios».

Por mis hermanos y compañeros, 
voy a decir: «La paz contigo». 
Por la casa del Señor, nuestro Dios, 
te deseo todo bien. 

Ant. Muchachas de Jerusalén, decid a mi amado que estoy enferma de amor. 

Ant. 2. Mi amado es mío, y yo soy suya, del pastor de azucenas. 

Salmo 126 

Si el Señor no construye la casa, 
en vano se cansan los albañiles; 
si el Señor no guarda la ciudad, 
en vano vigilan los centinelas. 

Es inútil que madruguéis, 
que veléis hasta muy tarde, 
que comáis el pan de vuestros sudores: 
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! 

La herencia que da el Señor son los hijos; 
su salario, el fruto del vientre: 
son saetas en mano de un guerrero 
los hijos de la juventud. 

Dichoso el hombre que llena 
con ellas su aljaba: 
no quedará derrotado cuando litigue 
con su adversario en la plaza.

Ant. Mi amado es mío, y yo soy suya, del pastor de azucenas. 

Ant. 3. Alegrémonos y gocemos y demos gracias a Dios, porque llegó la boda del Cordero. 

Cántico
Cf. Ap 19,1-2.5-7

El cántico siguiente se dice con Aleluya, tal como está aquí, solamente cuando el Oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir Aleluya solo al principio y al final de cada estrofa.

Aleluya. 
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, 
(R/. Aleluya.)
porque sus juicios son verdaderos y justos. 
R/. Aleluya, (aleluya)

Aleluya. 
Alabad al Señor, sus siervos todos, 
(R/. Aleluya.)
los que le teméis, pequeños y grandes. 
R/. Aleluya, (aleluya)

Aleluya. 
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, 
(R/. Aleluya.)
alegrémonos y gocemos y démosle gracias. 
R/. Aleluya, (aleluya)

Aleluya. 
Llegó la boda del Cordero, 
(R/. Aleluya.)
su esposa se ha embellecido. 
R/. Aleluya, (aleluya)

Ant. Alegrémonos y gocemos y demos gracias a Dios, porque llegó la boda del Cordero. 

LECTURA BREVE                        St 3,17-18

La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. 

RESPONSORIO BREVE 

R/. En la asamblea * Le da la palabra. En la asamblea. 
V/. La llena de espíritu, sabiduría e inteligencia. * Le da la palabra. Gloria al Padre. En la asamblea. 

Magníficat, ant. Quien cumpla y enseñe mi ley será grande en el reino de los cielos. 

La oración como en Laudes.

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