Memoria de los santos Timoteo y Tito, obispos y discípulos del apóstol san Pablo, que le ayudaron en su ministerio y presidieron las Iglesias de Éfeso y de Creta, respectivamente. Les fueron dirigidas cartas por su maestro que contienen sabias advertencias para los pastores, en vista de la formación de los fieles (s. I).
2. En la ciudad de Hipona, en Numidia (hoy Argelia), san Teógenes, mártir, acerca del cual san Agustín predicó un sermón (c. 257).
3. En Belén, de Judea, dormición de santa Paula, viuda, la cual pertenecía a una noble familia senatorial y, renunciando a todo, distribuyó sus bienes entre los pobres, retirándose con su hija, la beata virgen Eustochio, junto al pesebre del Señor (404).
4*. En Jerusalén, santos Jenofonte y María, con sus hijos Juan y Arcadio, los cuales, renunciando a la dignidad senatorial y a todas las posesiones, abrazaron la vida monástica en la Ciudad Santa con gran devoción (s. VI).
5*. En el monasterio de Cister, en Borgoña (hoy Francia), san Alberico, abad, que, siendo monje en Molesmes, fue uno de los primeros religiosos que fundaron el nuevo monasterio y, habiendo sido elegido abad, dirigió el cenobio sobresaliendo por su celo en procurar la formación de sus monjes, como verdadero amante de la Regla y de los hermanos (1109).
6*. En la ciudad de Nidaros (Trondheim), en Noruega, san Agustín (Eystein) Erlandsön, obispo, que rigió la Iglesia que le había sido encomendada como primer obispo, procurando su crecimiento y defendiéndola ante los príncipes (1188).
7*. En la región de Anjou, en Francia, beata María de la Dive, mártir, que, siendo viuda, fue degollada por su fidelidad a la Iglesia durante la Revolución Francesa (1794).
8*. Cerca de la ciudad de Munich, en Alemania, beato Miguel Kozal, obispo auxiliar de Wloclawek, en Polonia, y mártir, que bajo el régimen nazi, por defender la fe y la libertad de la Iglesia, pasó con gran paciencia tres años en el campo de concentración de Dachau, hasta consumar su martirio (1943).
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