Diurnal - La Epifanía del Señor

Tiempo de Navidad

6 de enero
o bien
domingo que ocurre entre los días 2 y 8 de enero
LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
Solemnidad
I Vísperas 

HIMNO 

Confiada mira la luz dorada 
que a ti hoy llega, Jerusalén: 
de tu Mesías ve la alborada 
     sobre Belén. 
El mundo todo ve hoy gozoso 
la luz divina sobre Israel; 
la estrella muestra al prodigioso 
     rey Emmanuel. 
Ya los tres magos, desde el Oriente, 
la estrella viendo, van de ella en pos; 
dan sus primicias de amor ferviente 
     al niño Dios.

Ofrenda de oro que es Rey declara, 
incienso ofrece a Dios su olor, 
predice mirra muerte preclara, 
     pasión, dolor. 
La voz del Padre, Cristo, te llama 
su predilecto, sobre el Jordán. 
Dios en los hombres hoy te proclama 
     valiente Juan. 
Virtud divina resplandecía 
del que del agua vino sacó, 
cuando el anuncio de eucaristía 
     Caná bebió.
A darte gloria, Señor, invita 
la luz que al hombre viniste a dar, 
luz que nos trae gloria infinita 
     de amor sin par. Amén. 
SALMODIA 
Ant. 1. Engendrado antes de la aurora de los siglos, el Señor, nuestro Salvador, hoy se ha manifestado al mundo. 
Salmo 134

Alabad el nombre del Señor, 
     alabadlo, siervos del Señor, 
     que estáis en la casa del Señor, 
     en los atrios de la casa de nuestro Dios. 
Alabad al Señor porque es bueno, 
     tañed para su nombre, que es amable. 
     Porque él se escogió a Jacob, 
     a Israel en posesión suya. 
Yo sé que el Señor es grande, 
     nuestro dueño más que todos los dioses. 
     El Señor todo lo que quiere lo hace: 
     en el cielo y en la tierra, 
     en los mares y en los océanos. 
Hace subir las nubes desde el horizonte, 
     con los relámpagos desata la lluvia, 
     suelta a los vientos de sus silos. 
Él hirió a los primogénitos de Egipto, 
     desde los hombres hasta los animales. 
     Envió signos y prodigios 
     —en medio de ti, Egipto— 
     contra el Faraón y sus ministros. 
Hirió de muerte a pueblos numerosos, 
     mató a reyes poderosos: 
     a Sijón, rey de los amorreos, 
     a Hog, rey de Basán, 
     y a todos los reyes de Canaán. 
     Y dio su tierra en heredad, 
     en heredad a Israel, su pueblo.
Ant. Engendrado antes de la aurora de los siglos, el Señor, nuestro Salvador, hoy se ha manifestado al mundo. 
Ant. 2. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. 
II
Señor, tu nombre es eterno; 
     Señor, tu recuerdo de edad en edad. 
     Porque el Señor gobierna a su pueblo 
     y se compadece de sus siervos. 
Los ídolos de los gentiles son oro y plata, 
     hechura de manos humanas: 
     tienen boca y no hablan, 
     tienen ojos y no ven, 
tienen orejas y no oyen, 
     no hay aliento en sus bocas. 
     Sean lo mismo los que los hacen, 
     cuantos confían en ellos. 
Casa de Israel, bendice al Señor; 
     casa de Aarón, bendice al Señor; 
     casa de Leví, bendice al Señor. 
     fieles del Señor, bendecid al Señor. 
Bendito en Sión el Señor, 
     que habita en Jerusalén. 
Ant. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. 
Ant. 3. Esta estrella resplandece como llama viva y revela al Dios, Rey de reyes; los magos la contemplaron y ofrecieron sus dones al gran Rey. 
Cántico 
Cf. 1Tm 3,16
El misterio y la gloria de Cristo
R/. Alabad al Señor, todas la naciones. 
Cristo, manifestado en la carne, 
     justificado en el Espíritu. 
R/. Alabad al Señor, todas la naciones. 
Cristo, contemplado por los ángeles, 
     predicado a los paganos. 
R/. Alabad al Señor, todas la naciones.
Cristo, creído en el mundo, 
     llevado a la gloria. 
R/. Alabad al Señor, todas la naciones. 
Ant. 3. Esta estrella resplandece como llama viva y revela al Dios, Rey de reyes; los magos la contemplaron y ofrecieron sus dones al gran Rey. 
LECTURA BREVE                                   2Tm 1, 9-10
Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal por medio del Evangelio.
RESPONSORIO BREVE 
R/. Será la bendición de * Todos los pueblos. Será. 
V/. Lo proclamarán dichoso todas las razas de la tierra. * Todos los pueblos. Gloria al Padre. Será. 
Magníficat, ant. Los magos, al ver la estrella, se dijeron: «Éste es el signo del gran Rey; vamos a su encuentro y ofrezcámosle nuestros dones: oro, incienso y mirra». Aleluya. 
PRECES 

Veneremos, con grandísimo gozo, a nuestro Salvador, que en este día fue adorado por los magos, y digámosle: 

Salva, Señor, la vida de los pobres. 
Oh Rey de las naciones, que llamaste a los magos, como primicia de los pueblos gentiles, para que te adoraran, 
— danos el espíritu de adoración y servicio. 
Rey de la gloria, que riges a tu pueblo con justicia, 
— concede a los hombres paz abundante. 
Rey eterno, que subsistes por los siglos, 
— haz que tu palabra penetre en nuestros corazones como la llovizna que empapa la tierra. 
Rey de justicia, que quieres librar al pobre que no tiene protector, 
— ten piedad de los desgraciados y afligidos. 
Oh Señor, cuyo nombre es bendito por los siglos, 
— haz partícipes a nuestros hermanos difuntos de las maravillas de tu 
salvación.
Padre nuestro. 
Oración 
Señor, tú que en este día revelaste a tu Hijo unigénito a los pueblos gentiles, por medio de una estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe poder contemplar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. 

Invitatorio 
Ant. A Cristo, que se nos ha manifestado, venid, adorémosle.

El salmo invitatorio como en el Ordinario

Laudes 
HIMNO 
Reyes que venís por ellas, 
no busquéis estrellas ya, 
porque donde el sol está 
no tienen luz las estrellas. 
Mirando sus luces bellas, 
no sigáis la vuestra ya, 
porque donde el sol está 
no tienen luz las estrellas. 
Aquí parad, que aquí está 
quien luz a los cielos da: 
Dios es el puerto más cierto, 
y si habéis hallado puerto 
no busquéis estrellas ya. 
No busquéis la estrella ahora: 
que su luz ha oscurecido 
este Sol recién nacido 
en esta Virgen Aurora. 
Ya no hallaréis luz en ellas, 
el Niño os alumbra ya, 
porque donde el sol está 
no tienen luz las estrellas. 
Aunque eclipsarse pretende, 
no reparéis en su llanto, 
porque nunca llueve tanto 
como cuando el sol se enciende.
Aquellas lágrimas bellas 
la estrella oscurecen ya, 
porque donde el sol está 
no tienen luz las estrellas. Amén. 
Ant 1. Los magos, abriendo sus cofres, ofrecieron regalos al Señor; oro, incienso y mirra. Aleluya. 
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I del Salterio
Ant. 2. Mares y ríos, bendecid al Señor; manantiales, ensalzad con himnos a nuestro Dios. Aleluya. 
Ant. 3. Llega tu luz, Jerusalén, y la gloria del Señor amanece sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz. Aleluya. 
LECTURA BREVE                                 Is 52, 7-10 
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.
RESPONSORIO BREVE 
R/. Se postrarán ante él * Todos los reyes. Se postrarán. 
V/. Todos los pueblos le servirán. * Todos los reyes. Gloria al Padre. Se postrarán. 
Benedictus, ant. Hoy la Iglesia se ha unido a su celestial Esposo, porque, en el Jordán, Cristo la purifica de sus pecados; los magos acuden con regalos a las bodas del Rey, y los invitados se alegran por el agua convertida en vino. Aleluya. 
PRECES 
Veneremos a nuestro Salvador, adorado hoy por los magos, y aclamémosle con alegría, diciendo: 

Luz de luz, ilumina nuestro día. 
Oh Cristo, manifestado en la carne, 
— santifícanos por la palabra de Dios y la oración. 
Oh Cristo, justificado en el Espíritu, 
— líbranos de todo error.
Oh Cristo, contemplado por los ángeles, 
— danos a gustar ya en la tierra de los bienes de tu reino. 
Oh Cristo, predicado a los paganos, 
— ilumina el corazón de todos los hombres con la luz de tu Espíritu. 
Oh Cristo, creído en el mundo, 
— renueva la fe de cuantos creen en ti. 
Oh Cristo, llevado a la gloria, 
— enciende en nosotros el deseo de tu reino. 
Padre nuestro. 
Oración 
Señor, tú que en este día revelaste a tu Hijo unigénito a los pueblos gentiles, por medio de una estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe poder contemplar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. 
Hora intermedia 
SALMODIA 
Antífona 
Tercia: El misterio escondido desde siglos y generaciones ahora ha sido revelado. 
Sexta: Vino Cristo y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. 
Nona: Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. 
En una de estas Horas se dicen los siguientes salmos.

Salmo 46 
Pueblos todos, batid palmas, 
     aclamad a Dios con gritos de júbilo; 
     porque el Señor es sublime y terrible, 
     emperador de toda la tierra. 
Él nos somete los pueblos 
     y nos sojuzga las naciones; 
     él nos escogió por heredad suya: 
     gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones; 
     el Señor, al son de trompetas: 
     tocad para Dios, tocad, 
     tocad para nuestro Rey, tocad. 
Porque Dios es el rey del mundo: 
     tocad con maestría. 
     Dios reina sobre las naciones, 
     Dios se sienta en su trono sagrado. 
Los príncipes de los gentiles se reúnen 
     con el pueblo del Dios de Abrahán; 
     porque de Dios son los grandes de la tierra, 
     y él es excelso. 
Salmo 85, 1-10 
Inclina tu oído, Señor, escúchame, 
     que soy un pobre desamparado; 
     protege mi vida, que soy un fiel tuyo; 
     salva a tu siervo, que confía en ti. 
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, 
     que a ti te estoy llamando todo el día; 
     alegra el alma de tu siervo, 
     pues levanto mi alma hacia ti; 
porque tú, Señor, eres bueno y clemente, 
     rico en misericordia con los que te invocan. 
     Señor, escucha mi oración, 
     atiende a la voz de mi súplica. 
En el día del peligro te llamo, 
     y tú me escuchas. 
     No tienes igual entre los dioses, Señor, 
     ni hay obras como las tuyas. 
Todos los pueblos vendrán 
     a postrarse en tu presencia, Señor, 
     bendecirán tu nombre: 
     «Grande eres tú, y haces maravillas; 
     tú eres el único Dios». 
Salmo 97 
Cantad al Señor un cántico nuevo, 
     porque ha hecho maravillas: 
     su diestra le ha dado la victoria, 
     su santo brazo. 
El Señor da a conocer su victoria, 
     revela a las naciones su justicia: 
     se acordó de su misericordia y su fidelidad 
     en favor de la casa de Israel. 
Los confines de la tierra han contemplado 
     la victoria de nuestro Dios. 
     Aclama al Señor, tierra entera; 
     gritad, vitoread, tocad: 
tañed la cítara para el Señor, 
     suenen los instrumentos: 
     con clarines y al son de trompetas, 
     aclamad al Rey y Señor. 
Retumbe el mar y cuanto contiene, 
     la tierra y cuantos la habitan; 
     aplaudan los ríos, aclamen los montes 
     al Señor, que llega para regir la tierra. 
Regirá el orbe con justicia 
     y los pueblos con rectitud. 

Para las otras Horas, la salmodia complementaria.
Tercia 

Ant. El misterio escondido desde siglos y generaciones ahora ha sido revelado. 
LECTURA BREVE                    Ap 15, 4
¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento.
V/. Apareció en el mundo. 
R/. Y vivió entre los hombres. 
Sexta 

Ant. Vino Cristo y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca.
LECTURA BREVE                   Is 49, 6
El Señor me dijo: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
V/. Los pueblos verán tu justicia. 
R/. Y los reyes tu gloria. 
Nona 

Ant. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. 
LECTURA BREVE         Za 2, 15
Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío. Habitaré en medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. 
V/. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios. 
R/. Haced resonar sus alabanzas. 
La oración como en Laudes.


II Vísperas 
HIMNO, como en las I Vísperas.

SALMODIA 
Ant. 1. El Rey de la paz ha sido glorificado por encima de todos los reyes de la tierra. 
Salmo 109, 1-5.7 
Oráculo del Señor a mi Señor: 
     «Siéntate a mi derecha, 
     y haré de tus enemigos 
     estrado de tus pies». 
     Desde Sión extenderá el Señor 
     el poder de tu cetro: 
     somete en la batalla a tus enemigos. 
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, 
     entre esplendores sagrados; 
     yo mismo te engendré, como rocío, 
     antes de la aurora». 
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: 
     «Tú eres sacerdote eterno, 
     según el rito de Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su ira, 
     quebrantará a los reyes. 
     En su camino beberá del torrente, 
     por eso levantará la cabeza. 
Ant. El Rey de la paz ha sido glorificado por encima de todos los reyes de la tierra. 
Ant. 2. En las tinieblas brilla como una luz; el Señor es justo, clemente y compasivo. 
Salmo 111 
Dichoso quien teme al Señor 
     y ama de corazón sus mandatos. 
     Su linaje será poderoso en la tierra, 
     la descendencia del justo será bendita. 
En su casa habrá riquezas y abundancia, 
     su caridad es constante, sin falta. 
     En las tinieblas brilla como una luz 
     el que es justo, clemente y compasivo. 
Dichoso el que se apiada y presta, 
     y administra rectamente sus asuntos. 
     El justo jamás vacilará, 
     su recuerdo será perpetuo. 
No temerá las malas noticias, 
     su corazón está firme en el Señor. 
     Su corazón está seguro, sin temor, 
     hasta que vea derrotados a sus enemigos. 
Reparte limosna a los pobres; 
     su caridad es constante, sin falta, 
     y alzará la frente con dignidad. 
El malvado, al verlo, se irritará, 
     rechinará los dientes hasta consumirse. 
     La ambición del malvado fracasará. 
Ant. En las tinieblas brilla como una luz; el Señor es justo, clemente y compasivo. 
Ant. 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico 
Ap 15,3-4 
Grandes y maravillosas son tus obras, 
     Señor, Dios omnipotente, 
     justos y verdaderos tus caminos, 
     ¡oh Rey de los siglos! 
¿Quién no temerá, Señor, 
     y glorificará tu nombre? 
     Porque tú solo eres santo, 
     porque vendrán todas las naciones 
     y se postrarán en tu acatamiento, 
     porque tus juicios se hicieron manifiestos. 
Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor. 
LECTURA BREVE                                                  Tt 3, 4-5
Ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre; no por las obras de justicia que hayamos hecho nosotros, sino que según su propia misericordia nos ha salvado, con el baño del segundo nacimiento y con la renovación por el Espíritu Santo.
RESPONSORIO BREVE 
R/. Será la bendición de * Todos los pueblos. Será 
V/. Lo proclamarán dichoso todas las razas de la tierra. * Todos los pueblos. Gloria al Padre. Será. 
Magníficat, ant. Veneremos este día santo, honrado con tres prodigios: hoy, la estrella condujo a los magos al pesebre; hoy, el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná; hoy, Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán, para salvarnos. Aleluya. 
PRECES 
Veneremos, con grandísimo gozo, a nuestro Salvador, que en este día fue adorado por los magos, y digámosle: 

Salva, Señor, la vida de los pobres. 
Oh Rey de las naciones, que llamaste a los magos, como primicia de los pueblos gentiles, para que te adoraran, 
— danos el espíritu de adoración y servicio. 
Rey de la gloria, que riges a tu pueblo con justicia, 
— concede a los hombres paz abundante.
Rey eterno, que subsistes por los siglos, 
— haz que tu palabra penetre en nuestros corazones como la llovizna que empapa la tierra. 
Rey de justicia, que quieres librar al pobre que no tiene protector, 
— ten piedad de los desgraciados y afligidos. 
Oh Señor, cuyo nombre es bendito por los siglos, 
— haz partícipes a nuestros hermanos difuntos de las maravillas de tu salvación. 
Padre nuestro. 

Oración 
Señor, tú que en este día revelaste a tu Hijo unigénito a los pueblos gentiles, por medio de una estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe poder contemplar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. 


Los días siguientes hasta el domingo del Bautismo del Señor tienen los elementos propios. Después del domingo del Bautismo del Señor comienza el Tiempo Ordinario.

Cuando la solemnidad de la Epifanía del Señor se celebra el domingo que ocurre entre los días 2 y 8 de enero, inclusive, los días siguientes tienen también los elementos propios; pero si el domingo de Epifanía es el día 7 o el día 8 de enero, el lunes siguiente se celebra la fiesta del Bautismo del Señor. En la Hora Intermedia se teman los salmos del lunes de la semana I del Salterio, con la antífona de la fiesta; la lectura breve, el versículo y la oración se toman también de la fiesta; en las Completas los salmos son del lunes.

El martes siguiente comienza el Tiempo Ordinario.

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