Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nazianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy en Turquía), apellidado “Magno” por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello ser llamado “Teólogo”. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores (389).
2. En Roma, muerte de san Telesforo, papa, que, según recuerda san Ireneo, siendo el séptimo sucesor de los apóstoles, sufrió un glorioso martirio (c. 136).
3. En el territorio de Cori, a treinta miliarios de la ciudad de Roma, santos Argeo, Narciso y Marcelino, mártires (s. IV).
4. En Marsella, ciudad de la Provenza, en Galia (hoy Francia), san Teodoro, obispo, que, esforzándose en establecer la disciplina eclesiástica, fue objeto de persecución por parte de los reyes Childeberto y Guntramno, quienes le exiliaron por tres veces (594).
5*. En el monasterio de Bobbio, en la región de Emilia (hoy Italia), san Bladulfo, presbítero y monje, discípulo de san Columbano (c. 630).
6. En Milán, ciudad de Lombardía (hoy Italia), san Juan Bueno, obispo, que restituyó a esta población la sede episcopal, trasladada por causa de los lombardos a la ciudad de Génova. Por su fe y sus buenas costumbres fue agradable a Dios y a los hombres (c. 660).
7*. En la región de Tulle, en Aquitania (hoy Francia), san Vincenciano, eremita (672).
8*. En Luimneach, ciudad de Hibernia (hoy Irlanda), san Mainquino, celebrado como obispo (s. VII).
9. En el monasterio de Corbie, en la Galia Ambianense (hoy Francia), san Adalardo, abad, que dispuso las cosas para que todos tuviesen lo necesario, de modo que nadie abundase en lo superfluo o pereciese por la miseria, y así dieran alabanza a Dios (826).
10*. En Maurienne, en la Saboya (hoy Francia), san Airaldo, obispo, que, tanto en la soledad de Portes como en la sede de Maurienne, supo conciliar la prudencia del pastor con la austeridad y las costumbres de los cartujos (1146).
11*. En Troina, en Sicilia (hoy Italia), san Silvestre, abad, que vivió bajo la disciplina de los santos Padres de Oriente (s. XII).
12*. En Forlí, en la región de Emilia (hoy Italia), beato Marcolino Amanni, presbítero de la Orden de Predicadores, que dedicó con gran simplicidad toda su vida, en el silencio y la soledad, al servicio de los pobres y de los niños (1397).
13*. En Soncino, de la Lombardía (hoy Italia), beata Estefanía Quinzani, virgen, de la Tercera Orden de Santo Domingo, dedicada enteramente a la contemplación de la Pasión del Señor y a la instrucción cristiana de las jóvenes (1530).
14*. En la ciudad de Angers, en Francia, beatos Guillermo Repin y Lorenzo Bâtard, presbíteros y mártires, que fueron decapitados durante la Revolución Francesa por su fidelidad a la Iglesia (1794).
15*. En la ciudad de Lachine, en la provincia canadiense de Quebec, beata María Ana (María Stella) Soureau-Blondin, virgen, la cual, aunque analfabeta en su juventud, fundó la Congregación de las Hermanas de Santa Ana, para la educación de los hijos de los campesinos, y dio siempre muestras de un carisma extraordinario en favor de la enseñanza a los jóvenes (1890).
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