Ritual de exequias (extracto) - En las exequias del obispo diocesano (residencial o emérito)

TEXTOS PROPIOS PARA LA CELEBRACIÓN
DE DETERMINADAS EXEQUIAS


EN LAS EXEQUIAS DEL OBISPO DIOCESANO
(RESIDENCIAL O EMÉRITO)


Todo se hace como en las exequias de los demás fieles, pero adaptando oportunamente las moniciones, añadiendo la palabra obispo en las oraciones que lo requieran y teniendo presente las variaciones siguientes:

1. Estación en la casa episcopal o en la capilla ardiente

Si las exequias empiezan en la casa episcopal o en la capilla ardiente, en esta primera estación puede usarse la siguiente oración propias:

A. En las exequias del obispo residencial o emérito:

Oremos.
OH, Dios,
que prometiste recompensar al siervo fiel y solícito
puesto al frente de tu familia,
escucha nuestras súplicas
y abre las puertas de tu reino a nuestro obispo N.,
que acaba de salir de este mundo:
que lo reciban los ángeles y los santos
y goce eternamente en tu reino,
rodeado de aquellos a quienes él cuidó
y lo precedieron en las moradas eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

B. En las exequias de un obispo que no fue el pastor propio.

Oremos.
ESCUCHA, Señor, con piedad,
las plegarias que te dirigimos
por tu siervo el obispo N.,
a quien encomendaste la misión
de apacentar a tus fieles;
y haz que quien representó a tu Hijo
en la asamblea de tu pueblo
sea ahora reconocido por el Pastor supremo
y se alegre eternamente en la asamblea de los santos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

2. Estación en la iglesia

Al llegar la procesión a la iglesia, se coloca el cadáver del obispo de espaldas al altar y de cara al pueblo; luego, se enciende el cirio pascual con el mismo rito que se usa para los demás fieles, diciendo la siguiente fórmula:

Junto al cuerpo, ahora sin vida,
de nuestro hermano N., obispo,
encendemos, oh, Cristo Jesús, esta llama,
símbolo de tu cuerpo glorioso y resucitado;
que el resplandor de esta luz ilumine nuestras tinieblas
y alumbre nuestro camino de esperanza,
hasta que lleguemos a ti, oh, Claridad eterna,
que vives y reinas, inmortal y glorioso,
por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

A continuación, pueden colocarse sobre el féretro la casulla, la mitra, el báculo pastoral y el evangeliario, mientras el celebrante dice las fórmulas siguientes:

A. En las exequias del obispo residencial o emérito.

Mientras se coloca la casulla y la mitra:

Mira, Señor, con misericordia, a tu siervo N.,
nuestro obispo,
que, mientras nos presidía (presidía esta comunidad)
en tu nombre,
llevaba esta vestidura y este ornamento de fiesta;
y concédele que ahora,
revestido de gloria en tu presencia,
te celebre con tus santos eternamente.

Mientras se coloca su báculo pastoral:

Que nuestro obispo (el obispo de esta Iglesia),
que, al cuidar de la grey del Señor,
llevaba este báculo, signo de pastor,
sea reconocido ahora por Cristo, el supremo Pastor,
y reciba de él el premio de sus trabajos pastorales
y la corona perenne de la gloria.

Mientras se coloca el evangeliario:

Que nuestro obispo (el obispo de esta Iglesia),
que consagró su vida
a anunciar el Evangelio de Cristo,
goce ahora contemplando, cara a cara,
aquella misma verdad
que, ya cuando vivía
en la luz limitada de este mundo,
vislumbró en la Palabra de Dios
y predicó a sus hermanos.

B. En las exequias de un obispo que no fue el pastor propio.

Mientras se coloca la casulla y la mitra:

Mira, Señor, con misericordia, a tu siervo N.,
que, mientras presidía en tu nombre
la asamblea de los fieles,
llevaba esta vestidura y este ornamento de fiesta;
y concédele que ahora,
revestido de gloria en tu presencia,
te celebre con tus santos eternamente.

Mientras se coloca su báculo:

Que este siervo tuyo, el obispo N.,
que, al presidir la grey de Jesucristo,
llevaba este báculo, signo de pastor,
sea reconocido ahora por Cristo, el supremo Pastor,
y reciba de él el premio de sus trabajos
y la corona perenne de la gloria.

Mientras se coloca el evangeliario:

Que tu siervo, Señor, el obispo N.,
que tuvo en este mundo la misión
de anunciar el Evangelio de Cristo,
goce ahora contemplando, cara a cara,
aquella misma verdad
que, ya cuando vivía
en la luz limitada de este mundo,
vislumbró en la Palabra de Dios
y predicó a sus hermanos.

3. Misa exequial

Oración colecta

A. En las exequias del obispo residencial o emérito.

Oremos.
OH, Dios,
que pusiste al frente de esta familia tuya
a nuestro hermano N.,
para que, representando a Jesucristo,
presidiera la asamblea de tu pueblo,
y prometiste recompensar al siervo fiel y solícito,
escucha nuestras plegarias
y haz que el que fue pastor de nuestra (esta) Iglesia
pase ahora al banquete festivo de su Señor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

     O bien:

Oremos.
TE pedimos, Dios todopoderoso,
por el alma de tu siervo N., obispo,
a quien encomendaste el cuidado de tu familia,
para que entre en los gozos eternos de su Señor,
acompañado del abundante fruto de su trabajo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

B. En las exequias de un obispo que no fue el pastor propio.

Oremos.
OH, Dios,
que al conceder la dignidad episcopal
a tu siervo N., obispo (cardenal),
quisiste contarlo entre los sucesores de los apóstoles,
te pedimos
que también sea asociado eternamente a su compañía.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

Oración universal

Celebrante:

Hermanos: Oremos a Dios, Padre misericordioso, que nos reúne para celebrar la muerte y resurrección de su Hijo, para que conceda la felicidad de su reino a nuestro hermano N., a quien en el bautismo llamó a la vida eterna y en el sacramento del orden puso al servicio de su pueblo.

Lector:

Por nuestro hermano N., obispo, elegido para hacer las veces de Cristo en medio de la comunidad cristiana, para que sea contado entre los servidores fieles y reciba el premio de sus trabajos. Roguemos al Señor.

Por el que fue ordenado para ofrecer sobre el altar el sacrificio de Cristo uniendo a él la oblación de los fieles, para que participe para siempre en el banquete celeste y en la alabanza de los bienaventurados. Roguemos al Señor.

Por la Iglesia santa de Dios, para que no se vea privada de los ministros necesarios del Evangelio y de los sacramentos. Roguemos al Señor.

[— Por esta comunidad de N., que conoció la dedicación pastoral de nuestro hermano N., para que guarde con amor su memoria y persevere siempre en la fe. Roguemos al Señor.]

Por todos nosotros, para que a imagen de Cristo, Buen Pastor, demos día a día la vida por nuestros hermanos. Roguemos al Señor.

Celebrante:

OH, Dios, que quisiste dar pastores a tu pueblo,
al elevar nuestras oraciones
en favor de nuestro hermano N., obispo,
te pedimos que le concedas el premio prometido
a tus servidores fieles y solícitos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

Continúa la celebración como de costumbre.


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