Diócesis de Jaca - San Jorge, mártir (Liturgia de las Horas)

ABRIL

23 de abril

San Jorge, mártir
Patrono de Aragón

Fiesta

Ya en el siglo IV fue objeto de veneración en Dióspolis (Palestina), donde había una iglesia construida en su honor. Su culto se difundió desde muy antiguo por oriente y occidente. Desde la Edad Media, a raíz de la batalla de Alcoraz en 1096, en el asedio de Huesca, se le venera como patrono en Aragón y en todas las tierras que formaban la antigua Corona de Aragón.

Del Común de un mártir en tiempo pascual.

Invitatorio

Ant. Venid, aclamemos al Señor, que ha coronado a san Jorge en el combate. Aleluya.

Oficio de lectura

SALMODIA

Las antífonas y salmos del común de un mártir.

V/. Me asaltaban angustias y aprietos. Aleluya.
R/. Tus mandatos son mi delicia. Aleluya.

PRIMERA LECTURA

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Rom 8, 12-19. 28-39
¿Quién nos separará de Jesucristo?

Hermanos: Estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente.
Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.
Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.
Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba! (Padre).
Ese Espíritu y nuestro espíritu dan testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados. Hermanos: Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día nos descubrirá.
Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios.
A los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica.
¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?; ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?. Como dice la Escritura: «Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza».
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.
Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna, podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

RESPONSORIO          Cf. Rm 8, 36.35

R/. «Por tu causa nos degüellan cada día, *nos tratan como a ovejas de matanza».

V/. ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?; ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez? *nos tratan.

SEGUNDA LECTURA

De los sermones de San Pedro Damiani, obispo

(Sermón 3, sobre San Jorge: PL 144, 567-571)

Protegido inexpugnablemente con el estandarte de la cruz

La festividad de hoy, queridos hermanos, duplica la alegría de la gloria pascual, y es como una piedra preciosa que da un nuevo esplendor al oro en que se incrusta.
Jorge fue trasladado de una milicia a otra, pues dejó su cargo en el ejército, cambiándolo por la profesión de la milicia cristiana y, con la valentía propia de un soldado, repartió primero sus bienes entre los pobres, despreciando el de los bienes del mundo, y así, libre y dispuesto, se puso la coraza de la fe y, cuando el combate se hallaba en todo primero los bienes terrenos.
San Jorge, encendido en fuego del Espíritu Santo y protegiéndose inexpugnablemente con el estandarte de la cruz, peleó de tal modo con aquel rey inicuo, que, al vencer a este delegado de Satanás, venció al príncipe de la iniquidad y dio ánimos a los soldados de Cristo para combatir con valentía.
Junto al mártir estaba el Árbitro invisible y supremo que, según sus designios, permitía a los impíos que le atormentaran. Si es verdad que entregaba su cuerpo en manos de los verdugos, guardaba su alma bajo su constante protección, escondiéndola en el baluarte inexpugnable de la fe.
Hermanos carísimos: no debemos limitarnos a admirar a este combatiente de la milicia celeste, sino que debemos imitarle.
Que nuestro espíritu se eleve hacia el premio de la gloria celestial, de modo que, centrado nuestro corazón en su contemplación, no nos dejemos doblegar, tanto si el mundo seductor se burla de nosotros como si con sus amenazas quiere atemorizarnos.
Purifiquémonos, pues, de cualquier impureza de cuerpo o espíritu, siguiendo el mandato de Pablo, para entrar al fin en ese templo de la bienaventuranza al que se dirige ahora nuestra intención.
El que dentro de este templo que es la Iglesia quiere ofrecerse a Dios en sacrificio necesita, una vez que haya sido purificado por el bautismo, revestirse luego de las diversas virtudes, como está escrito: Que tus sacerdotes se vistan de justicia; en efecto, quien renace en Cristo como hombre nuevo por el bautismo no debe volver a ponerse la mortaja del hombre viejo, sino la vestidura del hombre nuevo, viviendo con una conducta renovada.
Así es como, limpios de las manchas del antiguo pecado y resplandecientes por el brillo de la nueva conducta, celebramos dignamente el misterio pascual e imitamos realmente el ejemplo de los santos mártires.

RESPONSORIO

R/. El bienaventurado mártir san Jorge, encendido del fuego del Espíritu y lleno de fuerza inexpugnable con el estandarte de la cruz, *venció al príncipe de todos los enemigos, aleluya.

V/. ¿Quién vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? *Venció.

Himno Te Deum.

La oración como en Laudes.

Laudes

HIMNO del Común de un mártir.

SALMODIA

Ant. 1. Jorge, soldado de Cristo, se mantuvo inconmovible en la confesión de la fe, aleluya.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.

Ant. 2. El invicto ejército de los mártires te alaba. Aleluya.

Ant. 3. Dichoso el hombre que sufre con constancia las pruebas; se siente feliz del Señor que le ha creado. Aleluya.

LECTURA BREVE          Ap 7,9-10

Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, reza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Y gritaban con voz potente: «¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».

RESPONSORIO BREVE

R/. Una alegría eterna coronará sus cabezas. *Aleluya, aleluya
V/. Ya habrá fiesta y alegría. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Una alegría eterna.

Benedictus, ant. Si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y herederos con Cristo, ya que sufrimos con él para llegar a ser glorificados en él. Aleluya.

PRECES

Hermanos, nuestro Salvador, Jesucristo, nos enseña que quien quiera salvar su vida la perderá, y por eso los mártires fueron prestos a dar su vida por el Evangelio. Aclamemos al Señor y digámosle:

Jesús, Rey de los mártires, escúchanos.

Por tu mártir que te amó por encima de todas las cosas
concédenos, Señor, un amor más grande.

Por tu mártir, que por ti y por el Evangelio, soportó tantos tormentos,
danos valentía y constancia en las pruebas.

Por tu mártir, que murió perdonando a sus enemigos,
concédenos saber perdonar generosamente a los que nos quieren mal.

Por tu mártir, que murió con mansedumbre, como Jesús, el Cordero de Dios,
haz que pasemos por el mundo sembrando siempre la paz entre los hombres.

Unidos a todos los hombres, hermanos nuestros, entonemos la plagaría de los hijos de Dios: Padre nuestro.

Oración

Señor, alabamos tu poder y te rogamos que san Jorge, fiel imitador de la pasión de tu Hijo, sea para nosotros protector generoso en nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Los salmos, de la salmodia complementaria.

Tercia

Ant. El Señor le dio la victoria en la dura batalla, para que supiera que la sabiduría es más fuerte que nada. Aleluya.

LECTURA BREVE          Ap 2, 10

No temas nada de los que vas a sufrir, porque el diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para poneros a prueba; tus apuros durarán diez días. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida.

V/. El Señor lo revistió con un manto de gloria. Aleluya.
R/. Y puso sobre su cabeza la corona de vencedor. Aleluya.

Sexta

Ant. El Señor lo coronó con una diadema de justicia y le dio un nombre de gloria. Aleluya.

LECTURA BREVE          Ap 3, 21

Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el trono de mi Padre, junto a él.

V/. En Dios confío y no temo. Aleluya.
R/. ¿Qué podrá hacerme un mortal? Aleluya.

Nona

Ant. Al ir, iban llorando, llevando la semilla. Aleluya.

LECTURA BREVE          Ap 19, 7.9

Con alegría y regocijo, demos gloria a Dios, porque han llegado las bodas del Cordero. Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.

V/. Al volver, vuelven cantando. Aleluya.
R/. Trayendo sus gavillas. Aleluya.

Vísperas

HIMNO del Común de un mártir.

SALMODIA

Ant. 1. El Señor ha librado mi vida de la muerte. Aleluya.

Los salmos del Común de un mártir.

Ant. 2. No seréis vosotros quien hablareis; hablará en vosotros el Espíritu de vuestro Padre. Aleluya.

Ant. 3. El que pierda su vida por mi causa la encontrará para siempre. Aleluya.

LECTURA BREVE          Ap 7, 14-17

Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivias.

RESPONSORIO BREVE

R/. Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya
V/. Y se alegrarán los rectos de corazón. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Resplandecerán.

Benedictus, ant. Los sufrimientos del mundo presente no son nada comparados con la felicidad de la gloria que más tarde se ha de revelar en nosotros, aleluya.

PRECES

Hermanos, Dios Padre nos ha demostrado en Jesucristo, nuestro Señor, cómo nos ama. Oremos, pues, confiadamente diciendo:

Danos, Padre, fortaleza en el combate.

Dios Padre, que por la fe en Cristo nos has hecho entrar en tu gracia
 concede a tu pueblo la firmeza de la fe.

Por tu Hijo esperamos, confiados, la manifestación de tu gloria,
 haz que tengamos una esperanza indestructible.

Tu amor, Padre, nos mueve a amar a todos los hombres, tus hijos y nuestros hermanos;
 une a todos los aragoneses en tu amor.

Tú quieres que no perdamos la esperanza cuando nos vemos rodeados de contrariedades,
 enséñanos a vencer en la lucha a todos los enemigos.

Los mártires victoriosos te tienen por heredad,
 da a nuestros hermanos difuntos el mismo don.

Con los mártires que en el cielo glorifican al Padre digamos: Padre nuestro.

La oración como en Laudes.

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